Tiger Woods llega al US Open de Pebble Beach ante Koepka

Año 2000. Tiger Woods dejaba en shock al golf mundial con su victoria en el US Open de Pebble Beach (California). Era su tercer grande e hizo -13 al duro campo. El segundo, Jiménez, acababa en +2: 15 golpes de diferencia. Era una señal de que surgía un jugador de proporciones brutales. Año 2019, de nuevo hay US Open en Pebble Beach y allí está el Tigre. Tiene 43 años, la espalda multioperada e infinidad de heridas vitales. Sin embargo, es la temporada de su resurrección, porque en abril ganó el Masters de Augusta, su major número 15, tras una sequía de 11 años. "El mejor regreso jamás visto", firmaban en Estados Unidos.

"Recuerdo que aquella vez no cogí todas las calles, ni los greenes, pero siempre dí el ángulo adecuado", relataba Woods tras dar la vuelta de prácticas al links de los acantilados de Monterrey, en los que si el viento sopla en la playa (y por la desprotección que hay suele hacerlo) se puede volver trampa mortal. Allí Tiger opta a recortar otro grande a Nicklaus, que tiene 18. "Lo importante para mí es que estoy jugando a buen nivel de nuevo", decía serio Woods.

Pero enfrente tendrá al robot infalible. A Brooks Koepka, el estadounidense de 29 años que ganó los dos últimos PGA (2018 y 2019) y US Open (2017 y 2018). Un golfista de rostro poco expresivo que hace parecer rutina lo que para el resto de jugadores es imposible. No le suele temblar el pulso y no quiere oír hablar de la dureza de Pebble Beach: "Todos jugamos el mismo campo, así que no sé de qué se quejan algunos. Si la dejas bien, en calle, no tienes que preocuparte por el rough".

Y en cuanto a españoles, el foco es Jon Rahm, que reconoce sentirse cómodo en California: "Me recuerda a los campos de la Costa Vasca en los que crecí, a Neguri, Larrabea...". Y avisa de la dificultad de los greenes de poa annua: "Sabes que habrá putts que no entrarán". Además, estarán Sergio García, Rafa Cabrera Bello y el debutante Adri Arnaus.