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GOLF | MASTERS AUGUSTA

Las 7 claves de la victoria de Tiger Woods en Augusta

El Tigre conquistó este domingo su quinto Masters y 15º major. A continuación desgranamos los pilares en los que sustentó su victoria. Confianza, estabilidad, Joe LaCava...

Las 7 claves de la victoria de Tiger Woods en Augusta
Mike EhrmannAFP

Las grandes gestas deportivas no suelen ser fruto de la casualidad y la que alumbró Tiger este domingo ganando el Masters de Augusta 11 años después de su último major y 14 después de su última Chaqueta Verde puede explicarse desde varios puntos de vista. A continuación repasamos las claves de la 15ª victoria de Tiger en un gran torneo: 

Estabilidad

En abril de 2017 Tiger se somete a su cuarta y última operación en la espalda. Poco después, en mayo, es detenido por la policía cuando conducía bajo los efectos de los diversos medicamentos que tomaba para paliar los dolores en esa zona de su cuerpo. A partir de ahí su vida deja de dar tumbos. Se somete a terapia para curar su dependencia de esos medicamentos y en diciembre reaparece en el Hero World Challenge. El dolor desaparece y, salvo alguna retirada puntual, no siempre por ese problema, Woods empieza a competir regularmente.  

Confianza

No tarda mucho en volver a apuntar alto Tiger. En 2018 ya pelea dos majors, el British (llega a ser líder en la última jornada) y el PGA, y vuelve a saborear un triunfo en septiembre en el Tour Championship, la final del circuito norteamericano, 1.876 días después del anterior. Es la certeza de que no ha perdido su toque y de que puede volver a disputar los triunfos en cualquier escenario. También conserva la mirada del Tigre, la misma fría e impasible que mostró durante toda la última jornada en Augusta. "Llevo preparándome para este torneo seis meses".

Manejo de la presión

Uno de los puntos fuertes en la carrera de Tiger siempre fue el manejo de la presión, algo que le convierte un golfista casi imbatible cuando está en forma. “Estoy justo donde quería estar”, decía antes del Masters, unas declaraciones premonitorias de la confianza que tenía el Tigre en sus posibilidades. Durante los 72 hoyos se le vio con un lenguaje gestual seguro, sonriente y lejos de esos gestos amargos de cuando no estaba en forma. En los nueve hoyos finales de Augusta, cuando los palos comenzaron a temblar, Tiger siguió firme.

Familia

Si en noviembre de 2009 se destapaba su doble vida, una de juergas, adicción al sexo y adulterio que le llevó a perder a su mujer, Elin Nordegren, ahora Tiger parece un padre modélico. Ha venido repitiendo en los últimos tiempos que uno de los motivos que le impulsaban a volver a pelear por los grandes triunfos era que sus hijos pudieran verle hacerlo y el domingo, en la rueda de prensa de campeón, se acordó de sus padres: "Hoy (por el domingo) estaba mi madre viéndome y en el 97 (el año de su primer triunfo), vino mi padre (fallecido en 2006). Son muchos años entre esos dos triunfos. No puedo estar más excitado que ahora mismo. No puedo explicarlo con palabras”.

Joe LaCava

La estrecha relación que pueden llegar a mantener un golfista y su caddie alcanza su máxima expresión con Tiger y Joe LaCava, el hombre que le ha acompañado en los últimos ocho años desde que el de Cypress partiera peras con Steve Williams, junto al que ganó 14 de sus 15 majors. En la época de declive de Tiger, LaCava, que ya estuvo en la bolsa de Fred Couples, gran amigo de Woods, fue un gran apoyo y llegó a decir que le habría esperado "100 años". Este domingo fue crucial en momentos como el del hoyo 12, cuando Molinari y Finau se fueron al agua y el Tigre, mejor asesorado, 'cazó' el green.  

La marabunta de Tiger

Tiger Woods es sinónimo de audiencias y seguimiento masivo de público en los torneos. En el Masters no fue menos. Los dos primeros partidos los jugó junto a Jon Rahm, que también se crece con la presión como el Tigre. Ambos mantuvieron una simbiosis que les llevó a la parte alta de la clasificación. Con Tiger arriba los dos primeros días, la asistencia a sus partidos se multiplicó de manera descontrolada. En el día final, Molinari, que parecía impasible, sufrió la presión del momento, mientras que Woods viendo a su público se vino arriba. Está acostumbrado al asunto.

Conocimiento del National de Augusta

Augusta es un campo muy tricky (lleno de trucos), que hay conocer bien. En eso Tiger es experto, porque jugó por primera vez el Masters en 1995 y ha disputado el major hasta en 22 ocasiones, con cinco victorias, incluida la de este domingo. Esa comprensión del National le hace a Tiger ser paciente, saber esperar los momentos en los que atacar y, sobre todo, librarse de errores que pueden costar un torneo, como el que tuvieron Poulter, Koepka, Finau y Molinari en el hoyo 12 de la última vuelta. Los cuatro, que eran firmes candidatos al título, fueron al agua y perdieron gran parte de sus opciones. Tiger Woods fue el único que no descarriló. Un sabio de Augusta, que reconoció: "Fuí más paciente de lo que he sido en los últimos años".