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BOXEO

Munguía tiró de oficio ante Hogan y apunta al peso medio

El mexicano ganó por decisión mayoritaria (114-114, 115-113 y 116-112) a Dennis Hogan para retener el WBO del superwelter. "Me sentí frustrado", aseguró.

Jaime Munguía celebra su victoria ante Dennis Hogan

Ningún aficionado que estuvo presente en la Arena de Monterrey pudo quedarse sentado en el último asalto del combate entre Jaime Munguía y Dennis Hogan. Los dos finalizaron su pelea por el Mundial WBO del peso welter en un intercambio brutal. Golpe por golpe, sin ningún miramiento. Esos tres minutos pusieron el broche de oro a una pelea vibrante en la que Munguía continúa opositando a ser un ídolo mexicano. Es joven (22 años), tiene talento, pegada y carisma. Conecta con la gente y no sabe mentir. "Me pasó como en mi última pelea me sentí frustrado y cansado al final. Las 154 libras (superwelter) me está pasando factura a la hora de recuperar", aseguró sobre el ring. Retuvo su cinturón por decisión mayoritaria (114-114, 115-113 y 116-112) y apuntó al peso medio. Parece el camino lógico tras otro master de boxeo que vivió en Monterrey.

Munguía comenzó bien. Hogan decidió salir a patinar sobre el ring. No quería ser un blanco fijo y se movió en exceso, priorizándolo al golpeo. El campeón le fue cerrando poco a poco y comenzó a conectar manos duras. El mexicano intentaba que cada mano que lanzaba fuese la que acabase con la pelea... y le podía pasar factura. No lo hizo al principio, cuando dominó, frenaba las contras de Hogan y parecía que el KO era cuestión de tiempo. No fue así. Desde el sexto asalto la pelea cambió. Munguía dejó a Hogan llevar la iniciativa y el contragolpeaba. Se notaba desquiciado por no encontrar el camino y además el físico comenzaba a fallar. Se salió de la pelea, lo que aprovechó Hogan para emerger, aunque no fue hasta el octavo asalto cuando fue muy evidente.

En ese round Munguía ya concedía muchos huecos en su guardia, y las derechas a la contra eran clave. El mexicano intentó todo el combate restar aire a Hogan, y lo logró con buenos ganchos, pero la parte final bajaba su mano derecha cuando lanzaba la izquierda y todo se convirtió en un toma y daca. Ahí aprendió Munguía a reconducir la situación. Resistió y se vació en el último acto. "En mis cuentas iba empatado y sabía que debía dejarme todo", reveló el campeón. Lo hizo y llegó con mejores manos, clave para ganar la pelea. Demetrius Andrade (campeón WBO del medio) le había retado antes de su combate para que subiese de peso, es una opción, pero Munguía comprendió que debe seguir trabajando para llegar a las primeras ligas. Hay talento, pero queda camino.

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