Munguía se licenció ante Inoue
El mexicano se llevó por decisión unánime (120-108, 120-108 y 119-109) la victoria ante el japonés. Ganó holgado ante un rival difícil y retiene el WBO del superwelter.
Maduro, tranquilo y potente. Esas fueron las tres principales cualidades que demostró Jaime Munguía ante Takeshi Inoue en Houston. El mexicano sumó la tercera defensa del Mundial WBO del peso superwelter, pero sobre todo logró 'licenciarse' y reafirmó todas las esperanzas que hay puestas en él. Puede ser el gran ídolo mexicano. Tiene 22 años, un récord de 32-0 (26 KO), mucho talento y de momento no se le ve techo. Ante Inoue mostró grandes mejorías, se le vio avanzar en comparación con sus últimas peleas y lo más importante, logró ratificarlo en las cartulinas. Tuvo un contrincante complicado, pero le aplastó: 120-108, 120-108 y 119-109. O lo que es lo mismo, entre los tres jueces sólo perdió un asalto. Chapeau.
Munguía salió sin complejos a hacer su pelea. Durante un acto promocional en un partido de los Rockets la tensión creció exponencialmente, pero el mexicano mostró madurez y no se dejó llevar por la pasión. Tenía mucha más envergadura y la supo aprovechar. Si mantenía al aspirante en distancia tenía la derecha ganada. Lo sabía y lo ejecutó así. Lanzó mucho el jab, pero el golpe con el que maravilló fue el gancho. Munguía lo lanzó de todos los colores y a todas las alturas. Fue una tortura para Inoue, que sólo en un asalto supo neutralizarlo. Al hígado, al pecho y al rostro, fuese a fuese ese golpe era un cañón y cerca estuvo de enviar al japonés al suelo en el penúltimo asalto. Pero la campana le salvó.
Pese a esas buenas sensaciones, Munguía no tuvo un duelo fácil. Inoue basó su pelea en encerrarlo contra las cuerdas y sacar golpes. Así tuvo momentos de crisis, pero que siempre lograba solventar con buenos golpes a la contra. Mediado el combate se perdió un poco en algunos asaltos, y recibió golpes que sobraban... pero ahí también va su aprendizaje. Supo frenar a un hombre que le quería asfixiar con múltiples recursos. El upper de Canelo, con el pecho sacado, lo calcó. Por momento recordaba al campeón del peso medio con quien la promesa mexicana fantasea. Quiere una pelea con él, pero sabe que todavía queda camino para ello. De momento debe ir sumando exhibiciones y buenas sensaciones. Inoue era una dura prueba de toque. Se licenció y mostró que no tiene techo. Ahora vuelve al gimnasio a seguir trabajando, una de sus señas de identidad. Talento y constancia, Munguía tiene las bases para ser leyenda.