"El abandono de la mujer es menor: son más duras"

Su maratón llega a su 34º edición. ¿Qué recuerda de la primera en 1986?

Cuando empezamos, no existían las ultras. Fuimos pioneros. Al principio me llamaban loco. Era un fotoperiodista que visitaba el Sáhara, decían que el sol me había calentado la cabeza, pero quise montar una expedición para organizar allí una carrera. En 1986 tuvimos 23 participantes. En este tiempo pasamos por muchos altibajos.

¿Había por ejemplo participación femenina?

Me acuerdo de una mujer que iba con una tela blanca en la cabeza, corriendo por las piedras. Fue una de los 23 pioneros. No sabía que esos pasos serían los primeros de muchos más. La evolución de las mujeres ha sido sorprendente. Ahora estamos en el 18-20% y participan alrededor de 200. El porcentaje de abandonos de la mujer es menor, combaten más que los hombres.

Por la dureza de la prueba, ¿los participantes viven más una experiencia deportiva o vital?

Son dos componentes, por un lado está el deportivo y por otro lado es un viaje interior. Te vas a preguntar cosas sobre tu existencia y vas a conocer a gente con la que a lo mejor no ibas a hablar en la vida. La gente cuando se inscribe a una carrera donde solo acaba el 30% no saben lo que van a descubrir.

¿Conocen sus límites?

Al principio piensas que no puedes llegar a ello porque tienes los pies destrozados pero tu mente te ayuda a seguir y acabar la carrera. Es una fuerza interior la que te empuja.

¿Qué destaca de los españoles?

Participan más de 50 españoles. Todo el mundo sabe quiénes son porque hablan muy fuerte, son enérgicos y cuando llegan a la meta son los que más se abrazan.

¿Qué historias destaca de estas ediciones?

Tengo mil. Recuerdo a un americano que le dimos la noticia en la llegada de que había sido padre. Fue emocionante. Y luego un competidor quería pedirle a una chica casarse con él. En varias semanas se le van las secuelas de la carrera, pero los recuerdos permanecen siempre. Por eso muchos repiten.

Luis Enrique también participó en una edición. ¿Qué recuerda?

Fue extraordinario. El primer día decía que la acabaría fácilmente, el segundo día bajó puestos y el tercero quería retirarse. Pero le ayudó su compañero de equipo y un veterano de Banyoles, de 68 años. Le ataron una cuerda un tramo y Luis Enrique la acabó padeciendo. Demostró una fuerza brutal. Quiere repetir.

¿En qué ha cambiado principalmente esta prueba?

El material es diferente y también la aplicación del satélite. La gente iba antes con dos botellas con tapón de corcho, el calzado era normal, no había protecciones… Parecían sherpas. Ahora, en cambio, tienen de todo. Se ha creado una industria específica para esta carrera. Nuestro participantes suelen tener 40 años y quieren volver a casa a ver a sus hijos. La seguridad es importante.