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España completa el póquer de oros en katas

Los dos equipos ganaron sus finales, y los españoles dominan la especialidad.

Equipos de kata de la selección española.
RFEK

Salazar cerró esta mañana su exitosa carrera con el equipo español de katas. Hizo su última exhibición frente a Turquía, "porque a punto de cumplir 33 años es el momento de decir adiós". Un adiós a lo grande para conseguir el oro, el sexto europeo, con cinco platas. Con él, su compañero de los últimos años, el valenciano Carbonell, y el joven madrileño Galán. Detrás de ellos, la selección femenina, en su revancha contra Italia, en la repetición de la final del anterior mundial, y también ganaron. Es decir, de las cinco medallas de oro de España, cuatro son en katas, con lo que por primera vez se domina la disciplina, porque hasta ahora se había rozado el pleno, pero el mayor logro era tres de oros y una de plata, con el Serbia, por ejemplo.

Que lo chocos ganasen el oro parecía lo previsto, aunque Turquía estuvo a un nivel muy alto. La prueba es que al final España ganó por menos de una décima, 26,96 por 26,88. Fue una final llena de emociones, por el adiós de Salazar, que lo tenía pensado para antes: "Mi idea era dejarlo en Madrid, tras el Mundial, pero como el Europeo se adelantó no había tiempo suficiente para completar el equipo. Y me quedé. Pero hay que saber dejarlo, y yo no puedo perder una semana cada dos, doy clases en mi club y en Alcalá de Henares". Con los ojos vidriosos y emocionado, con 11 medallas europeas y cuatro mundiales se va un grande de las katas, y esa misma emoción transmitía a Carbonell, el valenciano que ha estado con su amigo en siete finales europeas. No podía perder, no podía permitir que Paco Salazar no tuviese el mejor adiós posible, y ganaron, por la mínima, pero suficiente.

Las chicas lo tenían más complicado sobre el papel, pero a la postre ganaron con más margen: 26,36 a 25,54. Era revancha consumada con la victoria en el Mundial y ahora en el Europeo. Lidia Rodríguez, Raquel Roy y la nueva, la malagueña Marta Vega, en su primera gran final, sumaron el oro que parecía imposible, el que convierte a las katas en cosa de España, en la segunda potencia Mundial tras Japón, porque Sandra Sánchez y Damián Quintero ya había logrado la mitad del botín en la jornada del sábado.

De esta manera España acaba con seis medallas, las mismas que en el campeonato anterior, pero con más peso: cinco otros y un bronce. Un alivio para la representación.