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ATLETISMO | EUROPEOS

Eusebio Cáceres: un cuarto puesto para salir del laberinto

El Saltamontes de Onil se quedó a cinco centímetros del bronce, pero la buena noticia es que volvió a ser competitivo en una final.

Glasgow
Eusebio Cáceres: un cuarto puesto para salir del laberinto
ROBERT PERRYEFE

Hay cuartos puestos que pueden saber muy bien. Es el caso de Eusebio Cáceres, aquel saltador prodigioso que con 22 años volaba a 8,37 en longitud. Después, las lesiones se cebaron con él hasta pensar “en tirar la toalla”: “No sabría si volvería a estar aquí y ahora he estado cerca de una medalla”. Por eso, el Saltamontes de Onil, todavía con 27 inviernos, “no podía estar triste” por haberse quedado a cinco centímetros del bronce con un salto de 7,98 y cinco nulos. Había vuelto a ser competitivo en una final, que ganó el griego Tentoglou (8,38).

“Ha podido ser una lástima no ganar medalla, pero en diciembre no podía si iba a poder saltar. No podía talonar, había olvídado todo… El único camino que el único camino que me queda es el de seguir”, decía visiblemente emocionado: “Sólo quería poder luchar y no tenía miedo. Hice algún nulo que podía haber sido medalla, pero es que tengo la tabla tan distorsionada. No sé ni exactamente donde piso”.

Cáceres ha fortalecido su frágil físico con Juan Carlos Álvarez en Madrid y se le ve más fuerte y robusto que ese talento que volaba de manera espontánea, pero que también quebraba rápido. Se ha entrenado en velocidad con el explosivo cubano Juan Miguel Echevarría: “Estaba a su nivel en las series”. Pero también esa punta de rápidez le hacen que le cueste controlar su entrada. Es parte del trabajo de equilibrio que tiene pendiente.

“Lo importante es que he vuelto a una competición, he sentido esa sensación de nuevo y eso para mí es bueno. Ha sido un laberinto complicado. Una experiencia positiva y no puede decir que me siento mal. Es que he disfrutado”, cierra Eusebio Cáceres. Cuando un cuarto puesto sabe bien: "Eso sí, esto no acaba aquí".