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LA CHICA DE AS

Eva Moral, paratriatleta de oro y experta en Derecho

La madrileña, de 35 años, se ha colgado el oro en la Copa del Mundo de Águilas y en el Europeo de Tartu. Además, se coronó campeona de España, por quinto año consecutivo, y a sus logros deportivos une su titulación académica.

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Eva Moral, paratriatleta de oro y experta en Derecho
RAFA APARICIODIARIO AS

Eva Moral no olvidará este año con facilidad. La paratriatleta se ha colgado dos oros: uno en la Copa del Mundo celebrada en Águilas (Murcia) y otro en el Europeo de Tartu (Estonia), después de haber quedado segunda en las tres últimas citas continentales. Además, se coronó campeona de España, por quinto año consecutivo; cosechó un sexto puesto en el mundial Gold Coast, tras sufrir un accidente en el segmento ciclista; y terminó cuarta en la serie mundial de Yokohama. La madrileña también sigue coleccionando experiencias en importantes maratones como los de París (quedó primera), Sevilla (segunda), Los Ángeles (tercera) y Nueva York. No obstante, esos importantes logros deportivos no le han impedido conquistar otra de sus metas: su Máster en Derecho Deportivo. 

La superación define la historia de esta madrileña, de 35 años, a quien un 29 de septiembre de 2013 le cambió la vida. Eva participaba en una marcha cicloturista cuando la lluvia le hizo perder el control de la bicicleta en una curva mientras bajaba el Puerto de La Morcuera en dirección a Rascafría (Sierra de Guadarrama, Madrid). Entonces, impactó contra el quitamiedos y terminó cayendo por un barranco de siete metros. Su espalda se llevó el peor golpe y al no sentir las piernas pronto supo que se trataba de una lesión medular. “Cuando tuve el accidente lo que más miedo me daba era que no me encontraran porque había caído en una zona boscosa. Desde el primer momento, supe lo que me había pasado, sin embargo, lo que más me preocupaba era cómo se lo tomaría mi familia”, explica la misma Eva en su web.

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RAFA APARICIODIARIO AS

Pasó 20 días en la UVI del Doce de Octubre y otros quince, ingresada. De allí, seis meses al Hospital de Parapléjicos de Toledo. Días, semanas y meses de sacrificio y esfuerzo, con el deporte como uno de los pilares de su recuperación. Otro, la familia y los amigos. “Al principio es un shock, no sabes qué va a pasar contigo después de todo el proceso y si vas a poder llevar una vida normal, además no conocía a nadie que fuera en silla de ruedas. En el hospital me enseñaron a caminar, a vestirme… Al salir, las barreras te parecen más grandes porque tienes menos destreza. Al principio tardaba diez minutos para entrar en el coche, ahora dos y sin pensarlo”, afirma.

Y es que poco a poco fue derribando esas barreras, con una inquebrantable voluntad y su perenne sonrisa. Esa que lució de los 6 a los 18 años cuando hacía ballet. La misma que tenía cuando participaba con su hermano en diferentes carreras. Sin embargo, no fue hasta su llegada a Valdemoro cuando descubriría el triatlón, gracias al TriVal: un grupo que le hizo engancharse a este deporte y con el que empezó a competir los fines de semana. El accidente le hizo cambiar el triatlón por el paratriatlón y prácticamente aprender de nuevo cada una de las disciplinas (natación, ciclismo y atletismo). El cuerpo no reaccionaba igual, había que empezar de cero. Transcurrió aproximadamente un año del accidente cuando llegó su primer Campeonato de España, no sólo lo completó sino que lo ganó. Recuerdos que aún le ponen los pelos de punta.

Eva se ha formado para poder seguir ayudando al deporte paralímpico el día de mañana ya no sólo como deportista sino también desde la perspectiva del Derecho. Por ahora, sigue sumando puntos en el ranking y sellos en su pasaporte porque confiesa: "He cogido más aviones desde que estoy en silla de ruedas que en toda mi vida anterior". Complementa sus entrenamientos diarios de seis horas con conferencias, donde narra su experiencia en primera persona. Su voz, su historia transmiten energía, fortaleza y motivación. Valores con los que la madrileña ya mira a la cita de Tokio 2020 porque ella nunca se rinde. Ese es su lema (Never give up), lo lleva grabado a fuego en su piel.