Lydia Valentín: "¿Presión? Ya no tengo nada que demostrar"
La halterófila española Lydia Valentín repasó su temporada pasada, un año "increíble" que le permitió ser nombrada mejor del mundo, "el balón de oro de la halterofilia".
La halterófila española Lydia Valentín repasó su temporada pasada, un año "increíble" que le permitió ser nombrada mejor del mundo, "el balón de oro de la halterofilia", algo "sorprendente" para una española que ha cosechado éxitos en el Mundial, el Europeo y los Juegos del Mediterráneo, aunque ya no tiene "nada que demostrar". "El año pasado fue increíble, en todo lo que participé gané, como este año. Fue sorprendente que una española ganara el balón de oro de la halterofilia. Me sorprendió bastante porque hace años era impensable. No es un deporte que tenga tanto seguimiento, no tenemos tantos recursos como otros deportes, en España aún es 'chiquitín'. Era algo impensable, antes te imaginas a una china, una ucraniana, una rusa... y yo, feliz", confesó Lydia Valentín, uno de los estandartes del deporte femenino español, en una entrevista a Europa Press.
La de Ponferrada ve con normalidad que ahora su deporte tenga más visibilidad en los medios, después de sus innumerables éxitos, porque "si en el deporte tienes resultados y medalla, la gente lo sigue, en cualquier deporte". "Si no tienes resultados, ni medalla, ni sabes que va a competir un español, no te motivas tanto, no tiene ese seguimiento, no es mediático. En cualquier tipo de deporte, si hay un español haciendo historia es normal que tenga más cobertura mediática", añadió. Pero lo complicado no es ganar medallas puntualmente, lo más difícil es mantener un nivel alto para continuar consiguiendo metales y logros. Y eso es lo que está haciendo Lydia Valentín con sus dos oros y un bronce en el reciente Mundial de Turkmenistán.
"Soy consciente de mi éxito, porque ha sido un año súper intenso: Campeonato de Europa, de España, los Juegos del Mediterráneo, ahora el Mundial... Ha sido un año increíble y estoy contenta. Si María José Rienda (presidenta del CSD) lo ha dicho, sí seré un icono", expresó orgullosa de su trayectoria durante el 2018. "Normalmente yo me preparo dos competiciones al año y entre medias tengo el Campeonato de España y demás, pero esas competiciones no me las preparo sino que me veo un poco las sensaciones. Con los Juegos del Mediterráneo, se fueron solapando y no hubo tanto descanso, pero tenía ilusión de ir, son en Tarragona, en España... y decidí ir", comentó respecto a la preparación en un año muy cargado de competiciones.
"Yo ya no tengo nada que demostrar"
Quizá por esa sobrecarga de esfuerzo, llegó la lesión en su hombro a 20 días del Mundial, una rotura muscular que "necesitaba tiempo y descanso", exactamente lo que no tenía. La halterófila "quería ir a competir" a Turkemenistán, aunque se lo pensó "un poco". "Hice mucho trabajo de fisioterapia y decidimos competir una categoría superior (81 kg) para proteger el músculo. Había hecho una preparación muy buena y no te puedes quedar en casa, es un Mundial. Además volvían países sancionados, había cambios de categoría y decidí ir a ver cómo se desarrollaba. Al final fui valiente y gané la medalla", sentenció.
"Antes de ir hice otros ejercicios con los cuales no me cargara tanto la zona del hombro. Pero siempre me vi con opciones, uno no va al Mundial en plan 'kamikaze'. Tenía mucha fe en mí y por eso decidí competir", agregó. Tras el éxito del año pasado en los Mundiales de Estados Unidos, donde se hizo con los tres oros en 76 kilos, no se obsesionó con "repetir". "Yo quería conseguir medalla mundial y sabía que no era fácil, pero si hacía mis marcas previstas podría estar en podio. Sin embargo, el oro no lo veía claro hasta que no estuve allí", admitió.
Por ese problema en su hombro, la medallista olímpica en 2008, 2012 y 2016 subió a la categoría de 81 kilos, seis kilos más de la que ella suele competir, aunque reconoce que solo fue por sus problemas físicos. "De cara al próximo año, competiría en 76 kilos, porque es la categoría en la que competiré en Tokio", admitió. "Los éxitos no me generan presión ninguna, yo ya no tengo nada que demostrar, tienes que conseguir muchas cosas si tú quieres y en cada entrenamiento das el 200 por cien. Cuando más gente me sigue, más motivación tengo, no es presión, presión ninguna", analizó la de Ponferrada.
Aunque la halterofilia parezca un deporte de fuerza, "en este deporte no gana el más fuerte", aclaró la leonesa. "Hay tres cosas fundamentales, que son el estado físico, el mental y el técnico. En este deporte el estado mental y la veteranía son un grado", concluyó.