BALONMANO

El Logroño gana al Kadetten en el adiós de Gurutz Aginagalde

La renta de cuatro tantos no parece definitiva, con lo que el conjunto riojano tendrá de pelear la semana próxima en Suiza para seguir en la EHF

Logroño
FERNANDO DIAZDIARIO AS

El Logroño La Rioja se ha impuesto por 26-22 al Kadetten suizo en la ida de la tercera eliminatoria de la Copa EHF, en la que su entrega hasta el final le ha valido para conseguir una renta corta de cara al choque de vuelta. El equipo riojano se mide a uno de los equipos de más caché en esta ronda y por eso su triunfo tiene mucho mérito, pero por lo visto hoy no puede estar tranquilo. Aunque mereció incluso una renta mayor hubo muchos minutos en los que se vio atenazado por la calidad de un rival muy táctico hoy, que jugó para ralentizar el partido y lo consiguió.

El Logroño tuvo clara cual era la táctica a seguir desde el inicio: defender fuerte y correr más; y le funcionó muchos minutos. partido. Porque el conjunto suizo, con una "planta" imponente en casi todos sus jugadores, ejerció casi siempre como un conjunto al "ralentí", lento, muy lento. Pero uno de sus jugadores, el húngaro Gabor Csaszar demostró que es una de las estrellas del balonmano europeo y asumió el liderazgo de su equipo, que le buscó en casi todas las jugadas.

El veterano central húngaro anotó 7 de los 13 goles de su equipo en el primer tiempo (luego estuvo más gris), desesperó a la defensa riojana y mantuvo vivo al conjunto suizo en sus peores momentos.

Porque en el inicio del partido, el Kadetten no supo parar a los riojanos y en un cuarto de hora se vio doblado en el marcador (6-3).

Pero en cuanto emergió la figura de Csaszar todo cambió, porque mientras el Logroño se veía encontraba cada vez menos fresco, su rival se sentía seguro buscando siempre a un jugador para que este lanzara o abriera hueco a sus compañeros.

Así, el Kadetten empató pronto (6-6) y llegó a ponerse por delante, pero un último empujó hizo que el conjunto riojano llegara al descanso con el partido igualado a 13.

Y la misma dinámica siguió muchos minutos en la segunda parte, con un Kadetten cada vez más empeñado en parar el partido y un Logroño que quería correr, pero eso le hacía ser impreciso.

Moreira fue el primero en tratar de cambiar el partido; se metió entre las "torres" suizas y con sus acciones llegó a poner nervioso al conjunto suizo, que creía tener el partido donde quería hasta el minuto 17.

Fue entonces cuando el Logroño le metió una marcha más al choque y se adelantó con sus contraataques, hasta alcanzar una máxima ventaja de cuatro goles (24-20) en el minuto 23.

El choque no dio para más, porque ni el Kadetten logró frenar a los riojanos ni estos supieron aumentar la diferencia y así, tendrán que viajar a Schauffhausen la semana próxima conscientes de que no pueden estar tranquilos.

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