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WATERPOLO | ESPAÑA-ISRAEL

La CUP crea un conflicto diplomático con Israel y provoca un cambio de sede

El partido cambió de Molins de Rei al CAR de Sant Cugat este martes a última hora y el España-Israel de Liga Mundial se jugó ante una treintena de espectadores.

La CUP crea un conflicto diplomático con Israel y provoca un cambio de sede
Rodolfo MolinaDIARIO AS

Finalmente, el España-Israel de la Liga Mundial de waterpolo femenino se disputó en el CAR de Sant Cugat con la presencia de unos 30 espectadores, todos ellos con banderas israelíes. Este fue el desenlace de 30 horas frenéticas que abrieron un conflicto diplomático entre ambos países con la intervención de los ministerios. Una película que arrancó en el CN Molins de Rei el 26 de octubre.

El partido se empezó a anunciar esa fecha en la localidad barcelonesa. Con el paso de los días, algunos socios protestaron por albergar un partido de Israel, teniendo en cuenta que en 2013 el Ayuntamiento de Molins de Rei adquirió un compromiso con el BDR (Boicot, Desinversiones y Sanciones en el Estado de Israel). El ruido llegó a oídos del grupo político CUP. “El club empezó a preocuparse. Nosotros como Ayuntamiento le dijimos que pondríamos a su disposición más presencia policial”, comentó Marc Rèbula, concejal de Deportes (ERC). Pero la preocupación se tornó en renuncia. “Como federaciones decidimos jugar en la piscina Sant Jordi de Barcelona.

Vimos que también se convocaron manifestaciones, algo que nos parece sorprendente, porque Israel ya había participado en el Europeo de waterpolo de julio y no hubo problemas”, comentó Enric Bertran, vicepresidente de la Real Federación Española de Natación (RFEN) y presidente de la Federació Catalana. 

El Ayuntamiento de Barcelona, así como la RFEN y la Federación Internacional de Natación (FINA), decidieron cambiar nuevamente de sede debido a “problemas logísticos y de seguridad”, según el Ayuntamiento. “Estas manifestaciones ponían en peligro la seguridad. No podíamos asumirlo todo nosotros. Lo reconsideramos y propusimos el CAR, que tiene todas las condiciones y la FINA lo aceptaba”, comentó Bertran. Además, el CAR es una instalación más alejada de cualquier núcleo urbano y con mayor facilidad para controlar la asistencia.

Y así se llegó al día de ayer. España acudió a las 10:00 al CAR e Israel estaba alojada en el centro. Pero a las 11:00 estalló el conflicto diplomático con las declaraciones de la ministra de Cultura y Trabajo de Israel, Miri Regev: “Los movimientos BDS son claramente antisemitas en su naturaleza y operan para dañar el Estado de Israel y a sus ciudadanos (...). Le pido que se ocupe de ello (a José Guirao, ministro español de Cultura y Deporte, a quien le envió una carta) y que la municipalidad de Molins de Rei actúe de acuerdo con el reglamento olímpico internacional y permita que todos los deportistas compitan como iguales en los partidos”.

Fue en ese punto cuando el conflicto pasó de ser deportivo a político. Tanto el Ministerio de Deportes como la Secretaria de Estado para el Deporte estuvieron en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores para solucionar lo que consideraron un “intento de boicot inaceptable”. Las federaciones españolas e israelíes estuvieron en el CAR reunidas desde primera hora. Paralelamente, la diplomacia mantenía sus conversaciones. Israel amenazó con no jugar, pero, finalmente, alrededor de las 15:15, se decidió que el partido se disputaría a las 18:00.

“Es una pena mezclar política y deporte. Hemos abierto un frente. ¿Y si mañana una selección no puede jugar porque otro grupo decide que hará una protesta?”, reflexiona Bertran.