Ben Johnson, seguro de que su nombre "será limpiado"
Desposeído por dopaje del oro en 100 metros lisos que consiguió en Seúl 88, el exatleta canadiense confía en que las irregularidades cometidas en los análisis esclarezcan su caso.
El 24 de febrero de 1988, en los Juegos Olímpicos de Seúl, Ben Johnson pulverizaba su propio récord mundial de 100 metros lisos (9,83), dejándolo en 9,79, y condenaba a Carl Lewis a la plata en una de las carreras de velocidad más espectaculares de la historia. Dos días después, analizadas las muestras del control antidoping, se anunciaba el positivo de Johnson por estanozolol (un esteroide anabólico utilizado para aumentar la masa corporal) y se le retiraba el oro.
Todo quedó ahí, pero últimamente se han venido publicando una serie de descubrimientos sobre el manejo de las muestras de Johnson que indican ciertas irregularidades. Mary Ormsby, periodista del Toronto Star, revisó el informe de 31 páginas elaborado por el COI con motivo del positivo de Johnson y encontró revisiones manuscritas sin firma, pruebas de orina en blanco, signos de interrogación en determinados planteamientos del informe, códigos de laboratorio modificados e, incluso, confusión en torno al tipo de esteroide utilizado por Johnson: mientras en el informe figura oxandrolona, el positivo que se comunicó fue por el mencionado estanozolol.
Por todo esto, Johnson está seguro de que su nombre "será limpiado" próximamente, según declaraciones recogidas por el medio hindú en inglés The Hindu. "Llevo 30 años esperando esto. Los entresijos de la comisión médica de Seúl van a ser publicados el uno de enero. No sé por qué han esperado tanto para hacerlo. Quizá no creían que fuera a vivir 30 años más", continúa Johnson, apuntando en el sentido de la conspiración.
Respecto a su polémico entrenador Charlie Francis, que en 1989 admitió haber introducido a Johnson en el mundo de las drogas, el canadiense dice no estar "arrepentido": "Era mi destino dejar Jamaica (nació allí) por Canadá y conocerle".