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Asturias Dragón Rosa, 12 ‘cabezotas’ que han logrado ser campeonas de España

En una competición para supervivientes del cáncer de mama. Reman en un barco cedido por Iberdrola.

Susana Miguel, Carmen Vázquez, Carmen Diez, Ánima Liébana, Ana Quidiello, Carmen Llames, Mar Díaz, Lola Menéndez, Victoria Peña, Avelina Fernández, Ángeles Fuertes, el timonel Octavio Fernández y Monserrat Majado, remo, estuvieron con As.
Paco Paredes

Hubo un día en el que todas recibieron la misma noticia, que tenían cáncer de mama, y ese mismo día decidieron que iban a luchar. Después del shock, de la intervención, del tratamiento y de sufrir lo indecible encontraron en el remo su mejor terapia. Allí en el embalse de Trasona, estas 12 mujeres que forman parte de la embarcación Asturias Dragón Rosa, empezaron a escribir su historia.

El Barco Dragón o Dragon Boat es una modalidad del piragüismo con un barco con cabeza y cola de dragón en el que hay 10 palistas, un timonel, que lleva la dirección, y un tambor, que marca el ritmo. Es un deporte recomendado para la rehabilitación del cáncer de mama, ayuda a luchar y prevenir el lindefema en los brazos por ser un drenaje linfático natural y reduce el riesgo de recaída. En 1996 el doctor canadiense Don McKenzie, especialista en medicina deportiva, decidió formar un equipo de remo con un grupo de mujeres que habían superado el cáncer de mama. Una iniciativa que les permitiera practicar deporte con los brazos y además crear un grupo de apoyo. Veinte años después, esta iniciativa llamada Abreast in a Boat, llegó a España y ya existen seis clubes que participan en esta categoría, llamada BCS (Breast Cancer Survivors): Flamenco Rosa (Murcia), Vientos de Cartagena (Murcia), Estelas Rosas (Cantabria), Cantabria en Rosa, Asturias Dragón Rosa y Dragón Boat BCS Valencia.

“Todo empezó en diciembre de 2017, en unas jornadas organizadas por el club Asturias Dragón Boat, la Federación Asturiana de Piragüismo, AECC y las Estelas Rosas de Cantabria en el embalse de Trasona. Allí nos juntamos 15 o 16 mujeres que hemos sufrido cáncer de mama y estábamos en proceso de recuperación para hablarnos de los beneficios de este deporte, nos subieron a un barco y ya no hemos salido. En enero de este año empezamos a remar y en septiembre fuimos campeonas de España”, explica Carmen Diez, capitana del barco.

“Empezamos entrenando una vez a la semana, pero nos sabía a poco y ahora vamos hasta tres y cuatro días, con lluvia, sol y hasta una vez a -3º en Reinosa. La más joven tiene 43 años y la mayor 60, y nunca antes había hecho deporte, y te puedo asegurar que todas te vamos a decir que nos ha cambiado la vida”, cuenta Carmen. “Somos cabezotas y queríamos agradecer a nuestros compañeros del club, a la Federación Española y la Asturiana y al Principado el apoyo que nos habían dado. Se lo debíamos. Ganar es lo de menos, aunque luego es un subidón, lo que queremos es que las mujeres que están en la misma situación que nosotras lo prueben, que lo practiquen. A mí se me ha metido en la cabeza que alguien tiene que hacer un estudio de los beneficios que el Barco Dragón nos está produciendo. Sé que hay estudios internacionales, pero habrá que hacerlos aquí. Además, va a ser un ahorro para la Seguridad Social”, cuenta con mucha gracia Carmen.

“Tengo compañeras que después de practicar ya no se acuerdan de los problemas de su brazo. Lo explico. Siempre se rema de un lado. Yo, por ejemplo, que estoy operada del pecho izquierdo, siempre remo de derechas y el brazo izquierdo está arriba. El cáncer de mama provoca una inflamación de la axila del pecho operado por acumulación de linfa y el movimiento del paleo es lo mejor para combatirlo. Pero además del beneficio físico, está el psicológico. En nuestro barco no se habla del cáncer, nos apoyamos, nos reímos y volvemos a casa como nuevas, te olvidas de todo. Sentimos el compañerismo”.

Sólo nueve meses después de probarlo, estas 12 mujeres se convirtieron en campeonas. El pasado 1 de septiembre ganaron el Campeonato de España que se celebraba en el embalse de Trasona (Corvera), su casa. “Imagínate la alegría, ver las caras de tu familia, lo orgullosos que se sentían, lo celebramos en el barco, pero cuando llegamos al pantalán y nos abrazamos a los nuestros fue la locura”, recuerda Carmen. “Nos dijeron: ‘Ya sois deportistas de élite’. Imagínate, a nosotras, que yo soy cocinera, otra es funcionaria, otra trabaja en el sector servicios, tenemos una ingeniera, una cooperante en ONG’S, hasta jubiladas... y ¡somos campeonas de España!”.

Pero para competir hacen falta apoyos. Un barco cuesta 5.700 euros. El del Asturias Dragón Rosa se lo ha cedido Iberdrola hasta 2020 y están superagradecidas. “Que Iberdrola nos ayude con el barco es una suerte, además es un buen ejemplo de cómo apoyan al deporte femenino y predican con el ejemplo porque tienen un programa que se llama Mujer, Salud y Deporte. Nosotras somos mujeres y luchamos por nuestra salud”, agradece la capitana.

Un deporte que nació en China hace más de 2000 años ayuda hoy a las mujeres que luchan contra el cáncer de mama.