Reto de Campeonas Movistar: un desafío olímpico
Este domingo (12:00) se miden en Santander Marina Alabau (windsurf), Echegoyen-Barceló (49erFX) y Gisela Pulido (kitesurf). Este último entra en París 2024.
La segunda edición del Reto Campeonas Movistar vivirá este domingo su segunda edición en Santander, a las 12:00 frente a la Duna de Zaera, con la ciudad de fondo. Frente a frente, un desafío loco que medirá al 49erFX de Támara Echegoyen y Paula Barceló contra Marina Alabau y su tabla de windsurf y Gisela Pulido en la de kitesurf. Estas dos últimas, con tablas equipadas con foils, unas quillas que las elevan del agua y atraviesan las olas. “El año pasado acabamos empatadas, así que será un doble duelo por desempatar, más emocionante todavía”, vaticina Alabau. Se espera un viento de 15 nudos (27 km/h) que les puede hacer navegar al doble, a unos 30 nudos (55 km/h).
Un reto que adquiere, además, tintes olímpicos. Alabau fue cuarta en RS:X en Pekín 2008, campeona olímpica en Londres 2012 y quinta en Río 2016. Támara Echegoyen, oro en 2012 en Elliot con Pumariega y Toro y cuarta en 49erFX frente al Cristo del Corcovado con Berta Betanzos. Ahora está en la carrera por obtener una plaza para Tokio junto a Paula Barceló. ¿Y Gisela? “Podrá tener su oportunidad en París 2024, porque ya se ha aprobado el kitesurf por parte de la Federación Internacional (ISAF)”, anunció Julia Casanueva, presidenta de la Española, en el CEAR de Vela de Santander que acogió ayer la presentación.
En principio, el kitesurf entrará en la modalidad hydrofoil (como competirá hoy la catalana), y mixto. El mes próximo, en la Asamblea de la ISAF se acabará por definir.
“Continuamente me pongo retos, y me apetecería muchísimo representar a España en París. ¿Os imagináis las cuatro compitiendo allí?”, preguntó a sus compañeras Gisela, que tiene 24 años y que conquistó el primero de sus diez Mundiales de freestyle con 10. “Entreno mucho sola en Tarifa y medirme en este reto a otras compañeras pudiendo compartir unos días se agradece. Flipo con lo cerca que me veo navegando de Marina y del 49erFX. ¡Estoy pensando en ponerme un casco!”, bromeó. Y es que el foil, “corta”.
La sevillana Alabau (33 años) viene de ganar en Portugal el Mundial con foil. “La vela va ahora por ahí. En Tokio se navegará en RS:X, pero creo que después se cambiará a foil y tendré mucho ganado. Con esa quilla se va bastante más rápido. No chocas con las olas y es alucinante”, apunta. “Levitas”, lo define Gisela, que sigue empeñada ahora en deslizarse por las olas más grandes del planeta. Ya lo hizo en la Jaws en Maui (Hawái) en abril.
“El 49erFX ya es muy rápido y el más inestable, con dos tripulantes colgadas de un trapecio... como para añadirle un foil”, descarta Echegoyen.
Las cuatro se medirán en cinco pruebas de eslalon, si el viento lo permite también harán un último tramo en ceñida y otro de velocidad cronometrado. Puro espectáculo donde volarán más que navegarán. Y con los Juegos de fondo y de meta para el futuro.
Barceló, de la medicina a compañera de Echegoyen
Támara Echegoyen (Orense, 34 años) se bajó del Mapfre en la Volvo Ocean Race (primera española en completar la durísima vuelta al mundo) y se enroló en una nueva campaña olímpica. Su compañera Berta Betanzos anunció su retirada y se ha unido a Paula Barceló (22 años). La mallorquina, dos veces campeona mundial juvenil en 470, había ‘roto’ con Silvia Mas y estaba decidida a dejarlo y centrarse en acabar Medicina (está en cuarto). “Vine a entrenar a Santander con otra chica y me hablaron de la posibilidad de navegar con Támara… y estos trenes sólo pasan una vez”, sonríe. Betanzos, que actúa de entrenadora, se encargó de irla fogueándola. “Hizo un trabajo excepcional, me la encontré formadísima”, explica Echegoyen.
El Mundial de Aarhus, en verano, fue la primera regata de 49erFX para Barceló y acabaron 22ª, una anécdota. Porque su vista está en el de 2019 donde buscarán plaza. “Tenemos dos años y soy de retos imposibles. En 2012 llegamos por los pelos, y oro. Con Berta decían que éramos demasiado pesadas y nos faltó poco… Tengo mucha ilusión”, advierte Támara, que debe perder peso (la vela oceánica requiere más músculo) y ha pasado por el quirófano hace cinco semanas para arreglar el meñique del pie derecho. Ya fue a Río con él roto.