BOXEO

Wilder-Fury: adiós a su gira con empujones y máxima tensión

Los dos se cruzan el 1 de diciembre en el Staples Center por el WBC pesado. En Los Ángeles cerraron la gira promocional con su momento más tenso.

Showtime

Aproximadamente una veintena de personas tuvieron que interponerse entre Deontay Wilder (40-0, 39 KO) y Tyson Fury (27-0, 19 KO) para que ambos no empezasen su combate antes de tiempo. Ambos se cruzarán el 1 de diciembre en el Staples Center de Los Ángeles, pero antes han tenido una gira promocional con tres paradas y mucha tensión. En Londres, el lunes, Wilder empujó a Fury. En Nueva York, el martes, todo se quedó en palabras... y este miércoles en Los Ángeles la tensión se desbordó. Fury devolvió el empujón a Wilder (también hizo lo propio), les separaron, pero en varias ocasiones intentaron enzarzarse. Era su última oportunidad antes de la semana de la pelea de incrementar el morbo por su combate y lo lograron.

Como hicieron en sus dos encuentros anteriores, ambos comenzaron con una actitud amigable y terminaron a la gresca. Wilder ofreció su mano al entrar a Fury, este le abrió su chaqueta para que su rival pasase sus manos por su chaleco. Lo hizo. Después, el campeón se dedicó a comer nueces, algo que reprochó el aspirante. "Deberías de limpiarte esa boca", espetó el inglés. Los argumentos se iban acabando por ambas partes. Wilder atacaba diciendo que su rival estaba "nervioso" y que hacía todo por ese motivo. Fury replicaba diciendo que era verdadero el campeón.

Tres careos agotan y cuando el aspirante se vio sin argumentos empujó a Wilder. Ahí se armó el follón y el público rugía. Los dos son dos grandes 'vendedores', han sabido rentabilizar al máximo sus conferencias y han generado mucha más expectación de la que había. Ahora, Wilder y Fury se retiran a sus campamentos. Deben perfilar sus estrategias antes de un choque de estilos en busca de Anthony Joshua. No se volverán a ver hasta la semana de la pelea. El público lo espera. Su duelo está al rojo vivo

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