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NATACIÓN

La nadadora brasileña que prefirió morir a ser derrotada

Se cumplen 30 años de la muerte de la nadadora brasileña Renata Agondi en su intento de cruzar a nado los 33,3 kilómetros del Canal de la Mancha.

Imagen de archivo de la nadadora brasileña Renata Agondi.
O Globo

El deporte obliga en muchas ocasiones a los deportistas a llevar al extremo su esfuerzo físico y mental y en algunos casos con tristes desenlaces. Este jueves se han cumplido 30 años de la muerte de la nadadora brasileña Renata Agondi a causa de un paro mientras intentaba cruzar a nado el Canal de la Mancha, que separa Francia y Gran Bretaña.

Agondi falleció a falta de 4 kilómetros para llegar a Calais después de haber nadado durante 10 horas y haber dado cerca de 42.000 brazadas. Pese a que los médicos la recomendaron detenerse para evitar males mayores, Agondi endureció aún más el ritmo para llegar a la costa, pero este hecho finalmente le costó la vida. También se apunta a fallos de las personas que acompañaban a la nadadora en los barcos e incluso se llegó a hablar de un error en la ruta a realizar.

El Canal de la Mancha es uno de los grandes desafíos para los nadadores de aguas abiertas, ya que en sus 33,3 kilómetros entre Dover y Calais los deportistas se enfrentan a las fuerzas de las mareas y a la baja temperatura del agua (casi 13 grados), lo que aumenta el riesgo de sufrir hipotermia durante el esfuerzo. El récord lo tiene el británico Howard James, que fue capaz de cruzarlo en noviembre de 2016 en 11 horas y 38 minutos.

La nadadora brasileña ya había brillado en pruebas de aguas abiertas en Brasil antes de dar el salto a pruebas europeas como la Capri - Nápoles. El 23 de agosto de 1988 decidió afrontar el reto del Canal de la Mancha, nadando a muy buen ritmo en las primeras horas. Sin embargo, el oleaje, el tráfico de barcos y la mala situación del buque que le acompañaba precipitaron que Agondi nadase en una ruta distinta. Fue entonces cuando decidieron lanzarle la boya para rendirse, algo que Agondi no hizo y que le enfureció aún más. Este sprint le llevó a sufrir un episodio de hipotermia y un paro cardiaco a causa del sobreesfuerzo del que no lograron reanimarla. 30 años después, la leyenda de Renata Agondi, la nadadora que prefirió morir a rendirse en su reto, sigue viva.