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El PGA afianza a Rahm y acerca a Cabrera Bello a la Ryder

Segundo top-5 en diez majors para el vizcaíno, que está matemáticamente en el equipo europeo para París. El canario tiene el billete cerca y Tiger mandó un mensaje a Furyk: "Quiero jugar".

El PGA afianza a Rahm y acerca a Cabrera Bello a la Ryder
Jeff CurryUSA TODAY Sports

Si 2017 fue el año de la explosión de Jon Rahm, 2018 está siendo el de su consolidación en la élite del golf mundial. Lo confirmó en el PGA, último major del año. Acabó cuarto en -11, a cinco del ganador Koepka, y aunque nunca llegó a incomodarle demasiado, estuvo en la brecha todo el domingo para sellar su segundo top-5 en diez grandes disputados.

Buenas noticias tras no hacer el corte ni en el US ni en el British Open y en un día en el que recibió el mazazo del fallecimiento de su abuelo, el exdelegado del Athletic de Bilbao Sabin Rahm. Su nieto ha ganado este año el CareerBuilder del PGA y el Open de España del European y ha hecho otros cuatro top-5 (Fort Worth, Sentry, Irish Open y Open de France) entre ambos circuitos, asegurándose su presencia en la Ryder.

Había cierto optimismo, quizá desbordado, con la posibilidad de que alcanzase su primera gran victoria ya este año. No ha llegado pero los datos invitan a la paciencia: Nicklaus, el Oso Dorado, no ganó su primer major hasta su décima aparición, igual que el referente más cercano, 'Seve'. Son las mismas que lleva el de Barrika. Faldo lo consiguió a los 30 años, Hogan a los 34 y Palmer a los 29 (Rahm tiene 23). En cambio Tiger, precoz en todo, lo tuvo ya con 22 y en su cuarta aparición. Otra dimensión. Rahm está en rango y su trayectoria invita al optimismo también en lo psicológico. En Bellerive se echó de menos una versión más killer como la que se vio en Augusta, pero parece que poco a poco va templando los nervios y utiliza mejor su cabeza. El término medio entre el Rahm del Masters y el del PGA parece ser un jugador capaz de alcanzar cotas altas

La otra cara de la moneda ha sido Sergio García, que ha fallado 8 cortes en 19 torneos este año (incluidos los 4 majors), todos en el PGA Tour, y tiene muy difícil clasificarse por puntos para la Ryder (se meten los ocho primeros del ranking europeo y él está 14º). Su presencia en último término dependerá de que el capitán europeo, Thomas Bjorn, decida entregarle una de las wildcard de que dispone. Rafa Cabrera Bello, tres top-5 (en el HSBC, Italia y México) y 10º en el PGA, está 11º en el ranking europeo y sí cuenta con más opciones. La última de las ocho plazas fijas la ocupa ahora mismo el inglés Ian Poulter (Rahm, McIlroy, Hatton, Rose, Molinari y Fleetwood con Noren casi clasificado tienen las demás) en 168,19 puntos. Cabrera tiene 163,73 y a Paul Casey (167,05) y Thorbjorn Olesen (166,21) delante. Poulter y Casey descansarán esta semana, asegura Ten Golf, y Cabrera estará en Wyndham, por lo que podría recortar esa ventaja o incluso neutralizarla. Olesen también. 

Tiger manda un mensaje a Furyk: "Quiero jugar"

Otro que aspira a coger el tren de la Ryder es Tiger Woods. Su sensacional fin de semana en el PGA ha sido el altavoz definitivo para los que defienden que vuelve a estar en un nivel apto para formar parte del equipo americano. Lo cierto es que ha estado en la pelea por el British (top-6) y el PGA (2º con -6 el último día y -14 en total), además de otros tres top-5 en su temporada (Valspar, Arnold Palmer Invitational y Quicken Loans) y una gran escalada en el ránking mundial (del 656 al 26 en lo que va de año). Así, se ha colocado 11º en el ranking americano para la competición. Furyk, el capitán, dice que quiere tratar a todos por igual (Johnson, Koepka, Thomas, Spieth, Reed, Watson y Fowler parecen fijos y la plaza de Simpson podría bailar) y que invitará a unirse al equipo a los que crea que "pueden aportar". Tiger, elegido ya vicecapitán, le lanzó un guante el domingo: "Quiero estar también como jugador". Furyk lo recogió a medias: "Es genial verle jugar bien. Diría que las puertas están abiertas en muchos aspectos".