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NATACIÓN | AGUAS ABIERTAS

Una décima separa a Van Rouwendaal de su proeza

Perdió el oro en el último momento después de una remontada épica, en la que recortó 40 segundos en poco más de un kilómetro y medio. Su botín: tres oros y esta plata.

Una décima separa a Van Rouwendaal de su proeza
Ian MacNicolGetty Images

Llovía y hacía viento, la sensación térmica era de 15 grados y se levantó el oleaje en Loch Lemond. Era una mañana para la épica en Glasgow, y acudió a ella Sharon van Rouwendaal, que ha estado a una décima de escribir en estos Europeos la mayor proeza de la historia de las aguas abiertas. En cinco días se ha colgado tres oros y una plata: el miércoles, ganó con solvencia los 5 kilómetros; el jueves, hizo lo propio con la prueba olímpica, los 10; el sábado se colgó con sus compatriotas el oro en la prueba de equipo. Y este domingo, en una exhibición que ha demostrado su grandeza, remontó en los 25 kilómetros, después de más de cinco horas de lucha en el agua, pero perdió el oro en la foto finish.

La última de estas pruebas fue la más difícil. La holandesa, sometida a unos entrenamientos salvajes con el francés Philippe Lucas, decidió distanciarse del pelotón en el kilómetro seis. Su potencia dejó atrás a las rivales. La italiana Arianna Bridi y la francesa Lara Grangeon intentaban darle caza, con la alemana Angela Maurer, de 43 años y otro icono de las aguas abiertas, haciendo la goma. Cuando el cuarto oro de Van Rouwendaal parecía carecer de emoción, la holandesa se saltó una boya roja antes de entrar en los últimos 2,5 kilómetros. Tuvo que parar y nadar en sentido contrario para no ser descalificada. Después de su paso por meta, quedó a casi 40 segundos de la cabeza. Un mundo. Menos para ella.

Poco a poco, sacando fuerzas de no se sabe dónde, Van Rouwendaal aumentó la frecuencia de nado y fue recortando distancias. La meta se alejaba para la cabeza de carrera al mismo tiempo que se les acercaba la holandesa, quien a falta de un kilómetros las atrapó. Grangeon se quedó fuera de la lucha por el oro. Bridi se giró y le dejó la cabeza. Van Rouwendaal lideraba la prueba, aunque fatigada por todo el esfuerzo realizado, con Bridi dosificándose detrás. Ambas entraron en el sprint, siempre con la holandesa por delante hasta que, a falta de 15 metros, Bridi cambió de dirección y la adelantó por la izquierda. Ambas llegaron a la par, pero Bridi tocó antes. Hubo una décima de diferencia (5:19.34).

Van Rouwendaal estaba exhausta. Flotó en la gélida agua de Loch Lomond con su traje de neopreno. Ni reaccionó al saludo de Bridi o del bronce Grengeon. Se fue, atendida por el personal de la prueba y de su país. Le faltó una décima para certificar la epopeya que quería completar en Glasgow.

Rasovszky se redime con un oro en los 25 kilómetros

Llegaba el húngaro Kristof Rasovszky con el oro en los 5 kilómetros y la plata en los 10, cuando perdió la medalla de oro al olvidarse de tocar el panel en vez de cruzar la meta. Pero se pudo redimir en la prueba de 25 kilómetros después de una carrera lenta y controlada que se resolvió en el último kilómetro. El ataque veraz fue el del húngaro de 21 años, un superclase de las aguas abiertas en este año, el de su explosión internacional.

Le siguieron el ruso Kirill Belyaev, plata, y el italiano Matteo Furlan, que llegaron unos metros después. El español Alberto Martínez, de Murcia, acabó el undécimo después de estar en la zona de medallas los primeros 7 kilómetros. Mientras que Pol Gil finalizó el decimosexto.