Dos Santos se redime en Idaho

"El vencedor por decisión unánime es Junior Dos Santos" comunicó el speaker del UFC Boise (Idaho). Acto seguido el brasileño alzó los brazos, miró al techo y gritó. Acababa de liberarse de una etapa de su vida que le ha marcado para siempre. El excampeón del peso pesado no peleaba desde hacía más de un año por una sanción por dopaje que se demostró que había sido accidental debido a terceras personas. "Tengo miedo de la USADA", reconocía en la previa y eso nunca lo acabará de perder, pero en Idaho si logró cerrar una mala racha. Su última victoria fue en abril de 2014, demasiado tiempo sin disfrutar de la gloria.

Lo cierto es que Dos Santos lo celebró mucho. Necesitaba oír la decisión y quitarse la carga que llevaba encima. Sin contarlo a él, nadie tenía ninguna duda de su victoria. Antes de su pelea, la duda estaba en que si Blagoy Ivanov daría el nivel para inquietar al brasileño. No lo dio. El búlgaro se limitó a esperar una contra muy previsible, pero que sorprendentemente impactaba con dureza en la cara de Dos Santos. Tuvo sus ocasiones, pero más por demérito de su rival que por acierto suyo. Nunca buscó la iniciativa y si no tienes demasiada dinamita en las manos esa actitud es sinónimo de derrota.

Los cinco asaltos se pueden resumir en una misma frase. Dos Santos estuvo correcto, presionó de manera constante a Ivanov, percutió variando los planos y salía siempre para evitar el intercambio. Sólo hubo una variación. Los dos últimos asaltos ambos estaban cansados y fue cuando Ivanov se destapó como un gran encajador. Asimiló el castigo sin inmutarse. Dos Santos también, porque las contras del búlgaro caían como una bomba en su rostro, que poco a poco se fue ensangrentando. Victoria holgada ante un rival que carecía de ambición. Cigano ya tiene su triunfo balsámico, ahora debe buscar otro de calidad si quiere optar a grandes metas. Él ya quiso marcar su camino: Stipe Miocic (que perdió ante Cormier en el UFC 226). Cigano quiere la trilogía.