RUGBY | CHAMPIONS CUP

Leinster, tetracampeón en la fiesta de San Mamés

Ganó el duelo de pateos a Racing (15-12) en una final ajustado y con muchos errores. Los parisinos pierden su segunda final en tres años.

CHRISTOPHE SIMONAFP

Dos equipos pueden presumir de haber levantado cuatro veces la Champions Cup (antes Heineken), la leyenda francesa de Toulouse y desde hoy, después de la gran fiesta de San Mamés, también Leinster. Tres veces había llegado el cuadro dublinés a un final y en todas ellas había ganado. Entonces lo hizo con Leo Cullen como capitán en el campo, ahora lo consiguió como máximo responsable técnico. Derrotó Leinster a Racing (15-12), guarismos múltiplos de tres, señal inequívoca de un partido resuelto con pateos a palos. No fue un encuentro brillante para el espectador, no hubo ensayos, pero en una final no hay lugar para el riesgo. Hay que sumar, y entre Sexton y el veterano capitán Nacewa sumaron un pase entre palos más que Iribaren por los celestes.

La posesión, como era de prever, fue para el nuevo campeón. Pero Racing le presentó un choque incomodísimo. No encontraba fisuras el rodillo irlandés, el partido estaba donde querían los Laurent (Labit y Travers), la dupla de técnicos parisina. Con Machenaud lesionado de gravedad, la historia daba una oportunidad a Teddy Iribaren, con antepasados en San Juan Pie de Puerto, en la Baja Navarra, al otro lado de la frontera. Tenía en Bilbao, en Euskal Herria, su momento. Y fue el protagonista gran parte del choque. Pasó el primer pateo a los tres minutos, aunque antes Racing había perdido al springbok Lambie (Carter había causado baja una hora antes del partido). Talès pasaba de la grada a ser el centro de los focos. Nacewa intentaba romper la línea, pero era imposible. Muchas indisciplinas, y todas ellas dirigidas a palos. Placajes altos, fueras de juego... Sexton ponía la igualada al cuarto de hora e Iribaren respondía en el 21'. De nuevo Racing por delante. Wayne Barnes perdonó la amarilla a Nakarawa por un avant voluntario en el corte del oval, pero sí pitó la infracción y Sexton hizo el empate antes del descanso.

El sueño del magnate Lorenzetti seguía siendo posible. Y Racing salió más enchufado de vestuarios. Iribaren ponía el 6-9 y Sexton se probaba a continuación desde el centro del campo. Fallaba. Surgían los primeros nervios. A la mano tampoco podía Leinster. Sexton se vengaba para el 9-9 en el 52' y el partido continuaba. Sexton marraba un pateo, pero también Iribaren. Hasta en eso igualaban. Llegado el tramo final, en los últimos diez minutos, ambos buscaban forzar pateos.

Ni Nacewa ni Thomas, los finalizadores a los que todos apuntaban, tenían el camino despejado para el ensayo. Iribaren pasaba el oval en el 70'. Con el 9-12 a Leinster se le echaba el tiempo encima. Pero forzó la máquina en delantera y Racing siguió pecando. Nacewa tomó el testigo en un partido clave para su despedida profesional. Hizo la igualada en el 72' y cuando el choque parecía abocado a la prórroga (sólo hubo dos antes en 22 ediciones), se rompió esa opción con otro pase entre palos del oceánico.

A Racing le quedaba un minuto y medio por delante. Forzó el golpe, pero no lo consiguió. Y con el tiempo cumplido, Talès se probó con un drop que habría hecho historia... pero de haber pasado. Falló. Y Leinster agrandó su leyenda. El catalán Jordi Murphy, titular y que en breve se marchará a Ulster, levantaba la Champions Cup junto con Nacewa.

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