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TENIS DE MESA

Miguel Ángel Machado: "Lo que nos falta en tenis de mesa es un gran resultado que enganche"

Encuentro con Miguel A. Machado, presidente de la Federación. En España hay 278 clubes disputando las cuatro divisiones superiores.

Actualizado a
Miguel Ángel Machado, presidente de la Real Federación de Tenis de Mesa.
RAFA APARICIODIARIO AS

"¿Quién no ha jugado alguna vez a este deporte?”, pregunta Miguel Ángel Machado, presidente de la Federación de Tenis de Mesa, disciplina que en España cuenta con unas 15.000 licencias, pero que se encuentra entre las que más tienen en el mundo (China aporta más de 100 millones de practicantes). Un deporte en el que se pueden encontrar ciertos paralelismos con el bádminton: dos modalidades de raqueta con origen en Inglaterra (allí se acuñó el término ping-pong por el sonido de la pelota) que vivieron su auge cuando llegaron a los países asiáticos, actuales dominadores. En España, donde en un principio quizá se vieron como actividades más recreativas que deporte de alto nivel, tienen hoy en día una diferencia fundamental en el plano mediático: mientras el bádminton goza de una figura como Carolina Marín, el tenis de mesa busca la suya.

Jesús David Corral, director deportivo de la federación, es realista: “El caso de Carolina es algo extraordinario. Para ello hay que encontrar un talento así, que esté dispuesto a sacrificarse y destinar muchísimos recursos para una sola deportista, en ocasiones en perjuicio de otros”. Pero, desde luego, la onubense es una inspiración. En tenis de mesa quedaron atrás los tiempos de nacionalizados (jugadores como He Zhi Wen, conocido como Juanito, o Yanfei Shen ya se retiraron) y entrenadores extranjeros, como explica Machado: “Fueron importantes, pero ahora trabajamos con producto nacional, tanto jugadores como técnicos. Si ven apellidos asiáticos (casos de las jugadoras María Xiao o Sofía Xuan) es porque sus padres son de fuera pero ellas nacieron aquí”.

Pero el nombre propio del tenis de mesa actual es el de un hombre: Álvaro Robles. De 26 años, onubense (como Carolina), se encuentra en el puesto 39º del ranking mundial. Juega en la liga alemana (una de las potencias europeas junto a Francia, Suecia y Portugal) y una de las esperanzas para el Europeo que se celebrará en Alicante del 18 al 23 de septiembre. Esa, y el equipo que forma junto a Galia Dvorak (ucraniana que llegó a España con dos años). La pareja mixta, modalidad que se estrena como olímpica en Tokio, es actualmente la quinta del mundo.

Mientras tanto, también se fomentan las ligas nacionales, con apoyo de patrocinadores como Iberdrola o LaLiga4sports. Ahí, los clubes sí que siguen fichando en el exterior. “Porque también es importante de cara a que se vea un juego interesante y espectacular. Lo que cuidamos, a base de reglamentación, es que el jugador español no pierda protagonismo”, apunta Corral.

Una competición que, en la actualidad, lidera el Cajasur Priego masculino y el Girbau Vic femenino en las divisiones superiores, las Superligas, formadas cada una por 12 clubes de los 278 que hay en España disputando las cuatro primeras divisiones, las que dependen de la federación nacional. Competiciones en las que se implementan medidas como la de la doble liga (jugadores que disputan la competición española y otra extranjera al mismo tiempo), que también sirve para que los jugadores nacionales suban el nivel a la vez que logran ingresos extras: “En el extranjero sí se han dado casos de estrellas que, entre contratos y patrocinios, han llegado al millón de euros por temporada. Los mejores jugadores españoles sí han llegado a vivir de esto, pero no a solucionar el futuro”.

Miguel Ángel Machado, durante el encuentro con los periodistas de As.
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Miguel Ángel Machado, durante el encuentro con los periodistas de As.RAFA APARICIODIARIO AS

Algunos, caso de Carnero, Torres... trabajan ahora en centros de tecnificación, que junto a las becas y acuerdos como el que se tiene con la ciudad japonesa de Kosai, son claves para que este deporte progrese. “Lo que nos falta en el tenis de mesa es un gran resultado que enganche y sirva para motivar a los más jóvenes. Al final, acercar este deporte al colegio es difícil, la mesa ocupa mucho, sólo juegan dos en cada una, no es tan fácil como darles un balón”, explica Machado.

En contraste, el tenis de mesa se encuentra a la cabeza del deporte inclusivo. Fue la tercera disciplina con más representación española en los Juegos Paralímpicos de Río, incluido José Manuel Ruiz, abanderado en la cita brasileña. Álvaro Varela, plata paralímpica, tiene su sitio en el Salón de la Fama de la Federación Internacional.

“Tenemos un nivel muy alto y la única preocupación es el relevo generacional, para el que hemos creado un programa de detección de talentos paralímpicos”, explica Corral. No obstante, hay casos inspiradores como el de Marlon López, un joven con discapacidad en un brazo que se colgó la medalla de bronce en el Nacional benjamín ante chicos sin problemas. “Es un campo al que tenemos que dedicar recursos, es el 30% del presupuesto de alta competición, pero debemos asumirlo porque, además de lograr grandes resultados, somos conscientes de su capacidad integradora”.

Una actividad beneficiosa, aunque sea muy exigente. Un estudio realizado por la NASA señaló al tenis de mesa como el deporte de mayor nivel de dificultad que existe. Pero eso no impide que luego cuente con aficionados en todos los ámbitos. Conocida es la pasión de Cristiano Ronaldo, a quien se le ofreció de niño entrar en la sección del Sporting de Lisboa. “Es famosa también la red de locales a modo de discoteca, que ha montado la actriz Susan Sarandon, con mesas de ping-pong como principal actividad”, apuntan como curiosidad.

De izquierda a derecha, Juanma Leiva, Miguel Ángel Machado, Jesús David Corral, Jesús Mínguez, Juan Gutiérrez y Juanma Bellón charlaron sobre la situación del tenis de mesa.
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De izquierda a derecha, Juanma Leiva, Miguel Ángel Machado, Jesús David Corral, Jesús Mínguez, Juan Gutiérrez y Juanma Bellón charlaron sobre la situación del tenis de mesa.RAFA APARICIODIARIO AS

Porque, afortunadamente, fomentar esta actividad y lograr resultados es la principal preocupación de esta federación y del equipo directivo que lidera Machado. No siempre fue así. Si la crisis golpeó al deporte en general, a aquellos sin tantos recursos los dejó heridos de muerte. El dinero público menguó, hasta entonces fuente de subsistencia. A Machado le tocó vivir de lleno esa situación cuando accedió al cargo en 2008. “Cambiamos todo de arriba abajo. Cerramos sedes, hubo cambios, indemnizaciones… Fue duro”, explica.

Diez años después, aquella experiencia le sirve para sacar pecho: “Llevamos tres años en positivo, fuera del plan de viabilidad que exigía el CSD mucho antes de lo previsto y con casi un 80% de los tres millones de presupuesto cubiertos con recursos propios. A nosotros no nos llueven las ayudas como a otros. Y aún así este año organizaremos seis eventos internacionales en España. ¿Qué federación puede decir eso?”.

La realidad es que todo está relacionado. Según explican, la Federación se encarga de forma integral de esos eventos (viajes de participantes, hoteles, instalaciones...) y, junto con las inscripciones, se logra una rentabilidad. Otras medidas, como englobar todos los campeonatos de España en una misma sede en las mismas fechas, no sólo reduce gastos sino que convierte a la cita en algo especial: “Hemos conseguido, además de la rentabilidad, que esa semana se convierta en una fiesta de nuestro deporte”.

Pero Machado también razona que esta tarea organizativa no es más que una de las muchas fórmulas que se han tenido que adoptar para la supervivencia y financiación de una federación como la que preside: “Organizar es un riesgo muy grande. O sale bien o te estrellas. De momento va bien, la muestra es que torneos como el Europeo lo tenemos, no porque los hayamos pedido, sino porque saben que lo hacemos bien y nos han pedido que lo organicemos”.