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Actualizado a
España, KO a Francia y a la final
ANTONIO BRONICREUTERS

Partido sublime de España que acabó con la marcha imparable de Francia en este Campeonato de Europa, la única selección invicta hasta esta semifinal, que con su título de campeona del Mundo no pudo aguantar la imaginación española en ataque, y la concentración defensiva. Se acabó la racha francesa, que ganaba los Europeos cada cuatro años, y que llevaba siete victorias seguidas sobre la Selección. Con este triunfo por 27-23 (15-9) los Hispanos jugarán el domingo frente a Suecia (20:30, TDP) su quinta final de un Europeo, que nunca ha ganado. De entrada, ya ha logrado el segundo puesto como hace dos años en Polonia. Sterbik sólo jugó en cinco acciones, suficientes: paró tres penaltis en esos tiros. Básico para el triunfo español, como Rodrigo Corrales. 

Posiblemente este fuese el partido soñado por los veteranos de la Selección, medirse a Francia y mantenerla a raya, alejada de la portería, sólo con la solución de jugar con el pivote, con el barcelonista Sorhaindo. Porque en la primera parte no existió el lanzamiento exterior galo, porque Nikola Karabatic parecía, y lo fue durante toda la hora, un jugador terrenal y no es de otra galaxia de siempre. Corrales en la portería, animado por Sterbik en el banquillo, fue cogiendo confianza, se asentó, y le fue sacando balones a genios, como al extremo Abalo, al que amargó la tarde.

La defensa, todo partía de ahí. El 6-0 español estuvo pletórico, con Morros, con Guardiola, con Cañellas, con un Gurbindo extraordinario y un Raúl Entrerríos excelso. Concentración, solidaridad, compañerismo en todas las acciones. Ninguno se escondió, y eso es importante ante una primera línea como la francesa.

Sterbik salió a parar tres penaltis en la primera parte; atajó dos. Y 15-9 al descanso porque Ferrán Sole no se dejaba goles desde los siete metros. Y en la segunda mitad, misma tónica, hasta el 23-14, máxima diferencia, cuando España entró en bache, con Lagarde, un experimento de Dinart, marcando tres goles rápidos, con ligeras imprecisiones y pérdidas de balón. Nueve minutos sin marcar, y los franceses tocando generala. Sí, un parcial de 0-5, pero España ya tenía una amplia ventaja y era el tiempo de los jugones, de Cañellas, de Sarmiento, de Entrerríos, que supieron congelar el juego, de buscar las opciones de dominar, de marcar goles decisivos, de buscar a Aginagalde para que forzase penaltis, y aunque no se marcaron todos, el 27-23 demuestra que España no le tenía miedo a Francia, la bestia negra de tantos años de los españoles, los campeones del mundo, con la generación más grande de lo que va de siglo.

Pues sí, a esa Francia tumbó la Selección de manera holgada para estar en la final de este domingo de Zagreb. A por un oro que se resiste.