Felipe Montoya: el profesor de patinaje irá a los Juegos
A los 27 años, se ha clasificado para Pyeongchang 2018. “Es la culminación a mi carrera, lo máximo a lo que puede aspirar cualquiera".
Felipe Montoya llega a La Nevera de Majadahonda a las 07:00 y se va a las 14:30. Durante las tres primeras horas, este chico de 27 años afina su patinaje al máximo, tanto que se ha ganado una plaza para los Europeos de Moscú y, sobre todo, para los Juegos Olímpicos de Pyeongchang (del 8 al 25 de febrero). “Es la culminación a toda mi carrera, lo máximo a lo que puede aspirar cualquiera”, cuenta Felipe, quien tras sus sesiones sigue dando clases durante cuatro horas más a niños y adultos: “Somos una familia y están encantados con que su profe sea olímpico”.
La historia de Felipe escapa a lo habitual. Nació en Pereira (Colombia), llegó a San Sebastián con ocho años y a los 13 empezó a patinar, una edad bastante tardía para iniciarse en este deporte. “Nada más entrar en la pista de hielo me di cuenta de que era bastante ágil, aunque lo más importante es que me apasionó tanto que quería patinar día y noche. Tenía mi técnico, pero luego hacía muchas horas de sesiones públicas”, relata Montoya, que ahora vive en la Blume, donde ha alcanzado el alto nivel. En Sochi 2014 se quedó a las puertas y se dijo: “Voy a esperar cuatro años más, a ver qué pasa. Y ha merecido la pena”. Batió por el puesto a Javi Raya.
En La Nevera le guían cuatro entrenadores: Iván Sáez, Carolina Sanz, Jordi Lafarga y Rebeca García. Sus programas son The Cold Song y el tango La Comparsita. “Es un patinador pasional”, dicen de él. “Mi parte favorita es la expresión y lo que tiene que ver con la danza. A nivel técnico no hago cuádruples, que es algo que se tiene que trabajar desde muy pequeño, pero el resto de elementos, sí. Y a nivel artístico suelo estar bien puntuado. Mi carencia de saltos la compenso con los componentes”, sigue.
Para los Juegos, su meta está en ser de los 24 mejores del corto, algo que da paso a la final: “Eso sería bordarlo, poner la guinda al pastel”. Montoya acompañará a Javi Fernández, “un amigo de la infancia”: “Gracias a él España tiene dos plazas, así que ha hecho mucho por mí”. Cuando baje de la nube de Pyeongchang no dejará su trabajo, de dos a tres horas diarias de clase. El profesor olímpico.