"Maider Unda hizo ver que la medalla en lucha era posible"

Luchar es algo “que sale natural, que se hace desde siempre”. Por eso, la lucha estuvo en los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, en el 708 antes de Cristo, y en los primeros de la Era Moderna, en Atenas 1896. Y ahí sigue en el programa, pese a que en 2013 sufrió serio riesgo de desaparecer de la cita olímpica por tensiones políticas. El timón de la lucha en España lo lleva desde este año el palentino Paco Iglesias, histórico en este deporte a nivel nacional. Fue olímpico en Los Ángeles 1984, en Seúl 1988 y diploma en Barcelona 1992, el mejor resultado hasta la llegada de Maider Unda, la mujer que “rompió barreras”, con su bronce en Londres 2012, el único podio en la historia de este deporte.

“Maider abrió el camino e hizo ver que una medalla era posible. Los luchadores se lo creen más desde entonces”, relata Iglesias, que gestiona modalidades olímpicas (lucha olímpica, grecorromana y femenina) y asociadas (sambo, leonesa, playa, grappling, MMA, defensa personal policial…): “En total tenemos sobre 20.000 licencias, 12.000 de las olímpicas y 8.000 del resto”. De presupuesto manejan 1.375.000 euros, de los cuales más de 650.000, en torno a un 55%, es de recursos propios, “de cursos, licencias, formación”. “Somos una Federación pequeña, con sólo seis personas en nómina, dos secretarios, el gerente, yo y dos entrenadores”, cuenta Iglesias, que presume de haber sido una de las primeras en salir del plan de viabilidad del CSD. Una pega a la medalla de Maider: “No se pudo rentabilizar demasiado a nivel económico, porque cayó en lo más duro de la crisis”.

Dividida a nivel olímpico en grecorromana (sólo agarre alto) y libre (se pueden usar las piernas), la lucha española se diversifica a nivel global en cinco centros de alto rendimiento: Sant Cugat, Pontevedra, Palma, Murcia y Madrid. En la capital, en la Residencia Blume, hay 15 internos, cinco hombres y cinco mujeres de lucha olímpica y cinco de grecorromana, cuatro externos y un grupo fuerte que va a entrenar. Objetivo: Tokio 2020.

A Río fue tan sólo Taimuraz Friev, nacido en Osetia, que fue descubierto en Barcelona y se le nacionalizó por carta de naturaleza. Ahora ha vuelto a Rusia. Más tiempo pasa en España otro candidato como Levan Metreveli, de origen georgiano, casado con una española y con un hijo. Reside en Palma de Mallorca. “La idea es no volver a nacionalizar a nadie que no viva luego aquí”, cuenta Iglesias, que observa cómo en la cantera hay chicos y chicas de origen “búlgaro, armenio, cubano...”: “Es que sus padres son de allí, pero ellos viven aquí y tienen la lucha más integrada a nivel cultural, pero muchos ya son españoles”. También de ahí llegan los rivales: “Antes eran sólo de Rusia y se han dividido en 18 países del Este”.

Uno de los asuntos que preocupa y que quiere potenciar Iglesias es la base: “Si no hay niños no hay luchadores”. ¿Y qué hacen? “Intentamos acudir a los colegios a hacer actividades y exhibiciones. Y que de ahí se enganchen a los clubes. Necesitamos reforzar las categorías inferiores, porque este es un deporte que cuando tienes 23 años se sigue necesitando tecnificación, más fuerza, algunos chicos están muy verdes. Un luchador llega a la madurez con 27 y dura hasta los 34 o más”, continúa Iglesias, que habla de una prolífica escuela que ha surgido en Torredelcampo, un pequeño pueblo de Jaén. Andalucía, Galicia y Madrid son ahora los epicentros de lucha. Iglesias se formó en la escuela vasca, luego vivió en Barcelona y desde 1997 está en Madrid, donde fue director técnico de la Federación hasta que cogió el testigo de Ángel López Rojo. Iglesias, a veces hace labores de su antiguo cargo, también saca billetes de tren.“Estamos para lo que toque”.

Una de “las prioridades” de su mandato estará puesta en la lucha femenina. “Entró en el calendario internacional en 1998 y en los Juegos en 2004”. Y ahí vuelve el influjo de Maider Unda, que también fue quinta en Pekín 2008: “Las chicas son muy guerreras, no tienen complejos a la hora de competir. Salen al tapiz a por todas”. Los nombres que ahora suenan con más fuerza son Karima Sánchez y Eugenia Bustabad, una canaria que compitió en los últimos Mundiales. Ambas han sufrido “recientemente” lesiones en el hombro, muy común en disciplina femenina por el sobreesfuerzo en la postura de guardia. Pero podrían ser las próximas Maider. No han entrado en Universo Mujer de Iberdrola: “Queremos saber qué debemos hacer para estar ahí”.

Tokio 2020 es el nombre que siempre sale a la luz cuando se habla de lucha, pero Iglesias quiere recordar que hay más: “Tenemos Juegos Europeos, Mediterráneos, Mundial y, sobre todo, insisto en que hay que trabajar en el aspecto de la promoción”.

¿Es el luchador el deportista más fuerte? “No lo sé, están los halterófilos, pero sin duda sí que somos muy completos. Hace falta fuerza, coordinación, resistencia a la fuerza. Hay un cubano, Mijaín López, tres veces campeón olímpico, que pesa 130 kilos y corre los 100 metros en 12 segundos”, cuenta entusiasmado Iglesias, que considera, que también hace falta “mucha cabeza”: “La mente es el 50%. Hay quien sale al tapiz y controla la situación, maneja los tiempos...”. Iglesias, que se conserva muy fuerte, continúa luchando con sus hijos, de 19 y 15 años, que siguen los pasos del padre.

En lucha, es muy importante tener sparring, “gente con la que enfrentarse”. Por eso, se destinan partidas a concentraciones para medirse con luchadores de todo el mundo. Una gran oportunidad es el Torneo Internacional de España, “donde vienen muchos campeones olímpicos” al CSD de Madrid y después “se quedan una semana de concentración” para enfrentarse entre ellos en entrenamientos y también aprovechan los luchadores españoles, que se nutren económicamente de becas ADO, ayudas autonómicas... “Al final este deporte lo haces por pasión”, confiesa.

La Federación de Iglesias también incluye entre las “disciplinas asociadas” el MMA amateur, con sus campeonatos de España. “Se dice que será olímpico en Los Ángeles 2028”, sigue el dirigente de esta disciplina, que es más soft que la profesional: “No se puede golpear con codos, rodillas y los guantes son más gruesos, con más protección”.

Iglesias da mucha importancia al streaming, por el que se siguen sus torneos a través de la Liga4Sports: “Ya lo teníamos antes del apoyo de LaLiga, pero ahora hemos mejorado la calidad e incluido locutores”.

Ya con los postres en Las Estaciones de Juan, lanza un mensaje: “Quiero que la Federación se abra, que deje de ser algo oscuro. Que se hable con las autonómicas, de deporte escolar, femenino...”. Se trata de crear joyas, como Maider Unda, la mujer que ayudó a “romper barreras” a la lucha. Un clásico de los Juegos.