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Mireia Belmonte posa con su medalla de oro, lograda en el Mundial de Budapest.
Mireia Belmonte posa con su medalla de oro, lograda en el Mundial de Budapest.AFP
tdpAGENCIA_DESCONOCIDA

Mireia Belmonte completó su obra en Budapest, donde inició su camino profesional el 31 de julio de 2006, cuando finalizó en decimotercera posición los 400 estilos. La Mireia de 15 años que miraba anonadada al resto de competidoras se ha convertido en una de las referencias de la natación internacional, campeona europea, olímpica y por fin mundial, después de colgarse el oro en los 200 mariposa, su prueba más carismática, aquella por la que siempre será recordada. La travesía de Mireia después de 11 años dedicada en cuerpo y alma a la natación ha estado repleta de oleaje, pero finalmente la badalonesa salió adelante con esa determinación con la que ha afrontado los retos.

En la calle 3, con Katinka Hosszu espoleada por los espectadores del Duna Arena (finalmente fue bronce, con 2:06.22) y la alemana Frankiska Hentke apretando los dientes desde el comienzo, la badalonesa salió más fuerte que en la jornada anterior. Mireia pasó el primer 50 en 28.61, en sexta posición, en la cabeza de un grupo lanzado por la húngara, que comenzó la prueba con el depósito lleno y pisando el acelerador. La española cogió el estilo rápido y pronto empezó a desmarcarse junto a la alemana. Su parcial de 31.94 en el siguiente 50 fue el mejor de las finalistas, y la llevo a colocarse segunda (1:00.55).

El segundo viraje de la carrera, como ocurrió en los Juegos de Río, significó la aceleración de Mireia. Nuevamente sus 32.26 fue el mejor registro, por delante de Hentke, que pese a ello no perdió comba. Mireia aventajó en cuatro décimas a la alemana y afrontó el último largo con la convicción de que el oro iba a ser suyo. Pero, como en todas las carreras de la española, la emoción juega un papel determinante.

Mireia llegó justa de fuerzas a los últimos 15 metros, y Hentke nadó a un ritmo más veloz. Los metros parecían kilómetros para la nadadora de la UCAM y centímetros para su rival, que por un momento dio la sensación de atraparla. Hentke marcó 32.23 en el último 50 y Mireia, 32.45. Suficiente margen para ganar otro oro agónico, por solo 13 centésimas: 2:05.26 por 2:05.39. En Río, la medalla fue por tres. Un reflejo de cómo Mireia ha ido cuidando sus detalles, centímetro a centímetro, centésima a centésima, hasta convertirse en una medallista total, con una colección de de todos los colores y en todos los grandes acontecimientos. Una Mireia de leyenda.