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JJ Arcega destaca en la Sun Bowl entre Stanford y North Carolina

El wide receiver español es una de las figuras de una de las Bowls que se disputan en estas fechas y analizamos su juego y futuro en la NFL.

Getty Images

El 30 de diciembre, todos los front office de la NFL tendrán su atención puesta en El Paso, Texas. La razón es la presencia de Mitch Trubisky, el QB de North Carolina que disputará su último partido como colegial antes de dar el salto al profesionalismo. Su valor, que oscila la primera ronda en el próximo draft, le hace ser el principal atractivo de este choque. En juego está la Sun Bowl, que no le va a quitar el sueño a ningún jugador (de hecho, Christian McCaffrey no se vestirá para la ocasión pensando en su futuro como profesional). Sin embargo, la mera presencia de Trubisky hará que los scouts de las 32 franquicias de la NFL tengan la mirada puesta en esta, a priori, intrascendente Bowl. Muchos de los jugadores que aún están, de una manera u otra, bajo el radar, hoy tienen la oportunidad de sus vidas: impresionar a los scouts de la NFL, que hoy tendrán su principal foco de atención en este partido.

Uno de esos jugadores puede ser JJ Arcega-Whiteside. El zaragozano ya ha tenido, esta temporada, highlights que han copado la actualidad de Stanford: el TD ganador ante UCLA con el reloj casi a cero y dos partidos seguidos de más de 100 yardas ante Oregon y Cal. No obstante, sigue siendo un tanto desconocido a gran escala. Probablemente ante los Tar Heels tiene el mejor escenario que se le presenta en su carrera: fuerte presencia NFL en las gradas e incluso la ausencia de McCaffrey, que puede ayudar a sus intereses personales.

Pese a las muchas cualidades de JJ, es un WR un tanto prototípico a nivel universitario. Receptor grande, imbatible en balones divididos, buenas manos y un target seguro para su quarterback. Sin embargo, no son atributos suficientes para garantizar un hueco en la NFL. En los últimos años, hemos visto como este tipo de receptores sufren la ira de analistas y scouts con una de las grandes obsesiones que siempre persigue a cada receptor: ganar separación.

Si bien hemos visto a JJ teniendo éxito atacando verticalmente a los cornerbacks, no es un receptor que pueda intimidar a sus adversarios por su velocidad o su fluidez en los movimientos, con o sin balón. Por ser un poco más explícitos: si le lanzas un buen balón a JJ, lo va a atrapar. Eso sí, en situaciones de hombre a hombre tendrá siempre pegado al cornerback a su chepa. El scout de la NFL quiere que el WR atrape el balón, algo que JJ siempre hace, pero además quiere que lo atrape yendo 2-3 pasos por delante del cornerback y la posibilidad de poder dejarlo atrás. No quiere que el QB se exponga a lanzar un balón dividido en cada ocasión, pese a que un WR de las características de JJ gane el 90% de esas batallas. Este simple detalle a la hora de ganar separación y poder dejar atrás a un cornerback, especialmente en hombres grandes, es la diferencia entre ser Calvin Johnson, o AJ Green, a verte fuera de la NFL. Este tipo de "obsesiones" y particularidades son las que han llevado a una prueba como la carrera de las 40 yardas a cobrar una gran importancia e incluso poder ser decisiva para jugadores con los que su velocidad crea dudas. Por ello, pese a que el Football es una cosa muy compleja, una simple carrera de 40 yardas, llegado el día, será clave para el futuro de JJ Arcega.

Con los receptores del tamaño de JJ Arcega (6’3 para arriba), este es siempre el principal debate de cara al profesionalismo. Me gusta utilizar el ejemplo de Alshon Jeffery, uno de los mejores receptores de la NFL y, que al igual que JJ, procede del estado de South Carolina. El ex de los Gamecocks tuvo una gran producción como colegial (especialmente en un espectacular año sophomore). Sin embargo, no era suficiente, ya que no ganaba separación ni tenía la velocidad como para impartir respeto a los cornerbacks rivales. En el perfil que NFL.COM utilizaba para describirle, se prestaba especial atención a su combinación de velocidad/fluidez/incapacidad para ganar separación.

Esto quiere decir que a veces la NFL se obsesiona demasiado con algunas cosas que luego no resultan ser tan determinantes o se pueden corregir, pero JJ va a sufrir este tipo de críticas en su juego cuando quiera dar el paso al siguiente nivel. Otro pequeño problema que tiene JJ es el pobre nivel de los quarterbacks de Stanford y el hecho de que la propia universidad nunca se ha destacado por tener un gran juego aéreo (ni siquiera en los años de Andrew Luck). Para JJ es mucho más difícil hacer números que para un WR de menor nivel que juega en Texas Tech o en Cal, por ejemplo, equipos en donde el juego aéreo es un auténtico festín y los partidos son bombardeos de pases.

Jump ball skills. Son tres palabras que definen la mejor virtud de JJ Arcega. Lo primero que uno ve cuando se planta delante de la televisión, en los partidos de Stanford, es que Arcega es un wide receiver grande. Tiene un muy buen tamaño para ser un receptor. Su poderío físico le permite luchar contra el hombre que le defiende, ya sea para poder atrapar un balón o para poder bloquearlo en jugadas de carrera. Stanford es un equipo eminentemente corredor, por lo que no vemos muchas jugadas de pase. Si a eso le sumamos que su QB no es nada del otro mundo, nos deja un regusto agridulce el tape del receptor español. JJ Arcega podría tener muchas más recepciones y yardas de las que tiene si fuese más buscado.

Su especialidad es la fade route. En esta ruta es donde más cómodo se siente. Su velocidad, una vez que arranca, es difícil de contestar por los CBs. Si consigue un release limpio, sus ball skills le van a permitir recibir el balón y ganar yardas después del catch porque esa aceleración le hacen separarse aún más del defensor con el balón en las manos. Sin embargo, en esos releases, es donde vemos uno de los pequeños defectos que le quedan por mejorar. Parece tener unos pies un pelín pesados, tanto en el release, como en los cortes. A lo largo de la temporada, estos cuts los ha ido mejorando considerablemente y es algo que le va a venir muy bien en el futuro, porque sabe usar su cuerpo para colocarlo entre el pase y el defensor en situaciones de curls, comebacks o out routes.

Pero donde realmente destaca es en los balones donde está uno contra uno con el defensor. JJ Arcega es grande, tiene los brazos largos y unas excelentes manos. Es muy agresivo en el punto más alto de la recepción, localiza bastante bien el balón y es capaz de ajustar su cuerpo, y la ruta, para finalizar el catch. Es decir, las jump ball skills de las que hablábamos antes. Aquí es temible. Esto le favorece para conseguir big plays aunque no le lancen mucho durante los encuentros. En terceros downs largos es el hombre a buscar porque es capaz de ganar esos balones aún con el defensive back encima. Además, y aunque no se lo hayamos visto mucho en Stanford, su fortaleza física le va a permitir romper algún tackle y ganar yardas extras.

Aún es pronto para dilucidar el futuro de JJ, pues aún tiene varios años como colegial por delante, pero sí que pensamos que ya ha mostrado lo suficiente como para que, llegado el momento, pueda firmar como undrafted free agent por algún equipo de la NFL en caso de que no sea drafteado (poniéndonos en el peor de los casos). Sea como fuere, estén atentos a JJ Arcega-Whiteside, porque pensamos que pronto tal vez pueda hacer compañía a Alejandro Villanueva en la NFL, aunque el camino para lograrlo no será fácil.

Le queda mucho por hacer y por trabajar, pero es un jugador que puede dar el salto a la NFL si sigue progresando como lo está haciendo hasta ahora. El talento y el físico lo tiene, así que podemos estar ante otro español compitiendo entre los profesionales de un deporte tan difícil como es el football americano. Toda la suerte del mundo para JJ Arcega en la Hyundai Sun Bowl de hoy, frente a North Carolina, y en su futuro. Lo estaremos vigilando.

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