Robert Griffin III, protagonista eléctrico de la primera semana
El quarterback de los Browns quizá no tuvo una actuación destacable por las estadísticas, pero sí volvió a demostrar que sabe cómo poner un estadio patas arriba.
Cuando yo era niño, me enseñaron en el colegio que el inventor de la electricidad fue Thomas Edison. A eso se añadía que casi todos habíamos visto la película “Edison, el hombre”, con Spencer Tracy, un actor que conseguía convertir en entrañable cada uno de los personajes que interpretaba. La conclusión era que, si en el colegio te preguntaba el profesor quién había inventado lo que fuera, ante la duda, todos respondíamos “Thomas Edison”, sabiendo que el tipo había ideado tantas cosas que la posibilidad de acertar era altísima. Era como disparar una escopeta de perdigones, con la certeza de que siempre hay uno que impacta en la perdiz. Edison era una especie de Leonardo Da Vinci de finales del siglo XIX.
Sin embargo, y no conozco la razón, y si es realmente científica o más o menos romántica, en los últimos años se ha dado la vuelta a la tortilla. El Edison entrañable y genial que todos hemos imaginado, se ha convertido en un tipo envidioso y ceñudo que se aprovechó del auténtico genio, Nikola Tesla; le robó sus ideas mientras le desacreditaba, e incluso retrasó la evolución natural de la ciencia imponiendo sus ideas y menospreciando las de Tesla, casi siempre mucho mejores.
Hasta el punto que ahora es habitual que si os dais un paseo por algún museo de la ciencia, o cualquier exposición científica, Tesla se lleva todo el protagonismo mientras Edison, el inventor de todo cuando éramos niños, queda aparcado en una esquina como un mueble que nadie quiere.
Me da la sensación de que la tortilla se ha dado la vuelta de una forma tan sorprendente más por culpa del imaginario popular, el cyberpunk, las oportunidades que un personaje como Tesla abre en un guión de cine, de novela o de cómic, y la influencia social de todos estos medios puedan tener.
El hecho es que posiblemente ahora suene mucho más Tesla que Edison a un tipo normal de la calle, cuando después de investigar un poco, confirmas que ambos fueron tipos geniales. Eléctricos.
Sé que parece que lo que os he contado tiene muy poco que ver con Robert Giffin III. Pero mientras veía el Packers-Browns de la primera semana de pretemporada, no podía evitar pensar en Tesla y Edison. Dos mitos geniales y eléctricos, como el quarterback de los Browns. Un tipo que cuando salta al campo provoca que suba la tensión, que el football dé calambre, que la electricidad estática llene el estadio de olor a iones, con chispas saltando en la grada, los pelos de punta y los plomos a punto de saltar.
No voy a entrar en la calidad de Griffin, que pese a todo me sigue pareciendo casi inabarcable. Sus cuatro completos de ocho intentos, 67 yardas de pase, con intercepción y fumble incluidos, en frío bajarían la tensión y el azúcar a cualquier aficionado. Sin embargo, lo importante, y más en pretemporada, no es lo que se hace, sino lo que se demuestra que se puede hacer. Y Griffin, en un primer cuarto que llenó de luz la ciudad, con corriente continua a lo Edison, o alterna como predicaba Tesla, demostró que es un tipo diferente. Un artista del rock, guitarrista eléctrico, que encuentra el sentido de su ser cuando salta al escenario y consigue que los ojos de todos los aficionados, imantados por una energía inexplicable, sean incapaces de hacer nada distinto que mirarlo a él.
Robert Griffin III es diferente. Un animal futbolístico. Un tipo nacido para ser un grande de este deporte, y con todo el talento para conseguirlo. Durante los últimos tiempos se nos había olvidado, y fue un gran placer, un auténtico descubrimiento eléctrico, volver a sentir el cosquilleo del que sufre un calambrazo después de mucho tiempo cruzando el desierto a la luz de una vela. Sin duda él fue el gran protagonista del arranque de la pretemporada en la NFL. Y consiguió algo que parece imposible; hacernos disfrutar como niños durante algo tan insípido como un partido de pretemporada.
Ahora solo nos queda saber si Griffin será como el Edison interpretado por Spencer Tracy; un genio capaz de todo, de encontrar soluciones para cualquier problema, de iluminar la vida de los que le rodean y llenarla de sueños y genialidad; o terminará como Tesla, solo y arruinado, convencido de que tenía todo para reinventar el mundo, pero resignado a ser un incomprendido.
Tenemos toda la temporada para descubrirlo. Pero por ahora me quedo con esa primera impresión. Con la sensación de haber visto jugar a un tipo genial. Eléctrico.