AFC Norte desde dentro

Las batallas en el training camp de los Steelers

El conjunto acerero parte con la prioridad de mejorar la defensa, pero sin perder de vista las pérdidas producidas en ataque, base actual de su juego.

Cartagena
Post-Gazette

Es oír la palabra “¡foto!”, y de inmediato nos giramos en esa dirección mostrando nuestra mejor sonrisa. Desde los políticos en campaña hasta los invitados a una boda, existe una tendencia natural en el ser humano a querer ser inmortalizado. La cultura de la fotografía está intrínsecamente asentada en nuestra sociedad. Los teléfonos móviles tuvieron que añadir una cámara frontal ante la proliferación de los “selfies”; de los que ahora es insuficiente con el largo del brazo, y requieren un palo adicional para que aparezcan en la imagen todos nuestros amigos. Nadie quiere perderse la foto. Especialmente, si va a estar asociada a un momento importante. A los Pittsburgh Steelers le sitúan la mayoría de los expertos entre los principales candidatos a la Super Bowl 2016. Las tortas por salir en esa foto serán salvajes, y empezarán a repartirse en el training-camp a partir del próximo 29 de Julio en Latrobe, Pensilvania.

La Real Academia Española también define “fotografía” como la representación de la realidad con gran exactitud, y la fotografía de estos Steelers muestra una enorme crisis en secundaria. Pero esta crisis también significa la oportunidad de varios jóvenes de hacerse con un puesto, primero en la plantilla, después en la alineación. Los cornerbacks Allen, Blake y Boykin ya no están en el equipo, lo que deja abierta la pugna por conocer al acompañante de Gay en la titularidad. Cockrell encabezaría la lista de aspirantes como recompensa a su buena actuación en 2015, pero por el retrovisor se acercan vertiginosos los jóvenes Burns y Golson, quienes por su condición de seleccionados en 1ª y 2ª ronda de draft respectivamente, probablemente cuenten con el beneplácito de los técnicos para recibir más oportunidades en el training-camp.

En la posición de safety, la situación es similar: un titular indiscutible (Mitchell), y rivalizando por acompañarle, un egresado de equipos especiales (Golden) y un rookie (Davis). Tras 3 años decepcionantes en la liga, Shamarko Thomas está fuera de la ecuación, y sus opciones para permanecer en la plantilla pasan por los equipos especiales, donde tendrá que pelear con Ventrone y Dangerfield por una o dos plazas disponibles como mucho, ya que el prometedor CB Grant también puede jugar ahí.

En el front-seven, la contienda más interesante se producirá en el OLB. Por un lado, para comprobar si los primeras rondas Jarvis Jones y Dupree son capaces de jubilar definitivamente de la titularidad a los veteranos Harrison y Moats. Por otro, la lucha por los últimos puestos de roster también se prevé frenética. Chickillo y Feeney parten con ventaja sobre Zumwait y Reilly, pero deberán demostrar que merecen la confianza de los técnicos más que las opciones de un quinto ILB como serían Fort y Matakevich. Todo esto, contando con que conserven 10 linebackers, porque si reducen el número a 9, las hostilidades serán todavía más feroces.

En ataque, las principales bajas que hay que compensar son las de Beachum (LT), Miller (TE) y Bryant (WR). Ya comenté mi convicción de que Villanueva se hará con el puesto de LT, que la inclusión del recién adquirido Harris y el novato Hawkins en la disputa no es más que humo para fomentar la competencia; y que los tres formarán parte del roster, el primero de titular, los otros dos de suplentes. Para la plaza de TE parte con ventaja Green, fichaje estrella de primavera, lo que permitirá a James una adaptación más pausada acorde con sus necesidades. Más interesante se presenta la situación para definir el WR que acompañará a Brown. El escalafón señalaría a Wheaton, pero sin olvidar a Coates, un receptor que quizá pueda llenar mejor el hueco de Bryant. Peleando por tiempo de juego estarán Heyward-Bey, Rogers, Ayers y Norwood, y más les vale aprovechar sus escasas oportunidades en pretemporada, aunque sea en equipos especiales, ya que los Steelers tienen la tendencia de dejar únicamente 5 WRs.

Los señores del acero arrancan con altas expectativas (lo cual no es ninguna novedad) y esto hará si cabe más intenso el afán de los jugadores por partirse la cara en el training-camp para hacerse un sitio en esa hipotética exitosa foto final. No todos llegarán sanos al inicio liguero (el año pasado perdieron a Gradkowski, Pouncey y Suisham en pretemporada). Tienen que esforzarse al máximo para convencer a unos técnicos cuyo desafío es mejorar una cuestionada defensa y que el ataque no pierda efectividad, ante las bajas que se puedan producir. Pocos pueden considerar su plaza asegurada, y deberán ganarse a pulso el puesto para representar a esta orgullosa franquicia que sigue reinventándose a sus lozanos 83 años de existencia.

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