No hay tackles más duros que los que da la política
Jack Kemp, al ser preguntado sobre su paso a la política, dijo: "Claro que tengo experiencia. He sido pisado, golpeado, insultado, vendido y vilipendiado".
La Gran Recesión que ha de pauperizado enormes franjas de la sociedad, no ha tenido efectos únicamente en el plano económico y financiero. El paradigma político que todos conocíamos, ha saltado también por los aires. No hay más que asomarse a los países de nuestro entorno para comprobar como los tradicionales equilibrios partidistas se han visto volteados por la irrupción de populismos de muy distinto corte pero similar origen: Movimiento 5 Estrellas italiano, Alternativa para Alemania, UKIP inglés, Syriza griego, Frente Nacional francés, Podemos español y, desde luego, el inefable Donald Trump al otro lado del Atlántico…magnate por cierto por el que Tom Brady siente verdadera pasión. No sería descartable que el extravagante tiburón de indescriptible cabellera le ofreciera formar parte de su ticket electoral...
Y es que la política norteamericana no ha sido ajena ni mucho menos a los jugadores de la NFL. El carisma, la celebridad, el ascendiente de estos semidioses del emparrillado ha sido en numerosas ocasiones un reclamo muy efectivo para que partidos políticos los presentaran en sus candidaturas. Veamos a continuación algunos de los casos más significativos.
En primer lugar, y sin duda alguna, la persona que con mayor éxito ha transitado por los territorios del football y la política fue el formidable quarterback de los años sesenta, Jack Kemp. Seleccionado en la ronda 17 del draft de 1957 por Detroit, fue inicialmente cortado por los Lions, recalando en las practice squads de Pittsburgh, San Francisco y Nueva York, sirviendo después un año como soldado en la Reserva del Ejército de los Estados Unidos y disputando entretanto un único encuentro con los Calgary Stampeders de la CFL. Lo que parecía una carrera abocada a la mediocridad, cambia radicalmente al firmar con los Chargers de Gillman, con quienes alcanzaría el partido final de la recién creada AFL, perdiendo con los poderosos Oilers de Blanda y Cannon. Tras fracturarse un dedo en la siguiente temporada, los Bills le contratan a mitad de temporada, iniciándose una gloriosa estancia en la tundra neoyorquina, culminada con dos anillos consecutivos en los años 1964 y 1965, en el que fue elegido MVP 1965, retirándose en 1969 como líder de todos los tiempos de la AFL en yardas de pase, intentos y pases completos, siendo el primer profesional en pasar para tres TD en un primer cuarto de un season-opening game, únicamente igualado por Aaron Rodgers en 2011
Su carácter reivindicativo y su especial sentido para la mediación se pusieron de manifiesto ya durante su etapa como jugador, siendo nombrado en 1967 asesor especial de Ronald Reagan, gobernador del estado de California por aquel entonces o siendo el principal activo en la dignificación de la AFL, logrando de Pete Rozelle la autorización para que los equipos que habían pertenecido a ella lucieran parches con su logo. Por tanto, no puede sorprender que en 1970 decidiera presentarse por el Partido Republicano a la Cámara de Representantes en representación del 39º Distrito de Nueva York, siendo reelegido nueve veces consecutivas y permaneciendo en la Cámara durante 18 años. En Washington pronto se convirtió en uno de los más destacados representantes de las corrientes contra la presión fiscal que soplaban en los años 1970 desde California, donde su viejo amigo Ronald Reagan había apoyado con éxito un referéndum popular para reducir los impuestos sobre la propiedad. Fue uno de los primeros miembros republicanos del Congreso en apoyar la candidatura presidencial de Reagan, y trabajó como asesor externo para su campaña en 1980, siendo considerado seriamente como candidato a la vicepresidencia. Durante la presidencia de Reagan, Kemp fue el líder de los llamados supply-siders, un grupo de jóvenes legisladores que con sus constantes iniciativas para reducir impuestos promovieron las contundentes medidas neoliberales aplicadas en esa época. Su mayor éxito legislativo fue la aprobación en 1981 del Plan Kemp-Roth, por el que se establecía una reducción de impuestos del 30% para los siguientes tres años como eje central de la política económica de la Administración Reagan.
El 6 de abril de 1987, Kemp anunció su candidatura a la presidencia. Siempre bronceado, de carácter locuaz y voz grave, durante años Kemp había sido considerado por los analistas como el heredero natural de Ronald Reagan. Sin embargo, tendría que enfrentarse en las primarias a dos pesos pesados del partido. Por un lado, al vicepresidente George Bush, que controlaba el aparato del partido y que en los anteriores ocho años, con su lealtad a prueba de bombas al presidente, había tratado de colocarse como heredero inevitable de Reagan. Por otro lado estaba el senador Bob Dole, el candidato de consenso vinculado al Congreso que si bien no despertaba pasiones, era sin embargo amigo de todos dentro del partido. La carrera política de Jack Kemp en el Congreso se había construido sobre la base del éxito de las supply-side economics, pero el país ya no era el de diez años antes. El déficit era gigantesco y en octubre de 1987, en plena campaña prelectoral, llegó el llamado "lunes negro de Wall Street" y la mayor caída de un día en la historia de la bolsa de valores de Nueva York. Este hecho convirtió a Jack Kemp y sus políticas en un blanco fácil para sus adversarios poco antes de las primarias, arruinando sus aspiraciones presidenciales. El apoyo a la candidatura de George Bush, le granjeó el nombramiento posterior como Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano. Diez años después, el candidato presidencial republicano Bob Dole llegaba al verano de 1996 muy por detrás del presidente demócrata Bill Clinton en todas las encuestas. La reactivación económica ya era un hecho y los americanos miraban al futuro. Dole se encontraba falto de munición y argumentos para disputar la presidencia a Bill Clinton, por lo que terminó aceptando incluir en su programa electoral una propuesta de reducción del 15% del impuesto sobre la renta y quien mejor que Kemp para defender ese programa desde la vicepresidencia. Tras renunciar a competir en las elecciones de 2000, se retiró de la vida pública, falleciendo en su hogar en Bethesda, a los 73 años de edad.
El Partido Republicano ya tenía por tanto a un extraordinario pasador, pero le faltaba alguien que recibiera el balón ¿qué tal dos de los más grandes receptores de la historia? ¿Lynn Swann y Steve Largent les parecen bien?
Se necesitaría un artículo monográfico para glosar la excelencia deportiva del eterno 88 de los Steelers, así que únicamente diré que, formando parte de la más gloriosa selección de prospectos de la historia de los drafts, cuando aquella primavera de 1974, Noll y su equipo, eligieron, además de a Swann, a Stallworth, Webster y Lambert, su singular forma de interpretar el juego le permitió engarzarse cuatro anillos en su dedos. Y es que antes de jugar al football, en las Smoky Mountains de Tennessee, Swann demostraba un talento extraordinario para la danza, lo que aprovechó de manera inédita sobre el gridiron, aunando flexibilidad, ritmo, coordinación y una plasticidad en la recepción de los envíos de Bradshaw como no se ha visto nunca más. Ahora me explico porque receptores como Hines Ward o Antonio Brown triunfan en el concurso de la ABC Dancing with the Stars…
Tras su retirada en 1983 y un provechoso periodo como comentarista deportivo, el 20 de junio de 2002, el presidente George W. Bush le puso al frente del Consejo del Presidente de Estados Unidos sobre la Actividad Física y Deportes. Después de cuatro años en el cargo, en enero de 2006 presentó formalmente su candidatura a gobernador de Pensilvania, teniendo como rivales en las primarias republicanas a Jim Panyard, el senador estatal Jeff Piccola, y el ex vicegobernador William Scranton, III, quienes finalmente se retiraron de la carrera ante el empuje del ex jugador. En la votación final, el candidato demócrata Ed Randell se hizo con el cargo, impidiendo a Swann convertirse en el primer gobernador negro del Keystone State.
Y qué decir de Steve Largent. El 29 de noviembre de 1994 tomó posesión de su escaño en la Cámara de Representantes por el 1er Distrito de Oklahoma uno de los más grandes receptores la historia de este deporte. Formado en la Universidad de Tulsa, a pesar de presentar unos números extraordinarios, tuvo que esperar hasta la cuarta ronda del draft de 1976 para que lo seleccionaran los Oilers, siendo cortado en la pretemporada por el «visionario» Bum Philips, recuperándolo Jack Patera para Seattle, donde jugó los siguientes catorce años a un nivel estratosférico. Sin ser particularmente rápido, tenía unas manos que se cerraban como un cepo sobre los óvalos que le enviaba el zurdo Zorn. Siete veces NFL Pro Bowl, Hall of Famer desde 1995 siendo su primer año como elegible, dorsal 80 retirado, Barr Starr Man of the Year y Walter Peyton Man of the Year, NFL 80 All Decade Team…en fin, un verdadero fuera serie, que también demostró dotes negociadoras siendo aun jugador, al lograr en 1982 poner fin la huelga de la NFL.
Al igual que muchos de los congresistas republicanos que accedieron al Capitolio en aquel 1994, que por vez primera en 40 años controlaban la Cámara, Largent se caracterizó por una trayectoria marcadamente conservadora, muy influenciada por su profunda religiosidad. No en vano, uno de sus primeros proyectos de ley fue el del «derechos de los padres», cuyo integrismo fue incluso reprochado por cristianos conservadores de su propio partido. Al año siguiente se opuso al cierre del gobierno federal y desempeñó un importante papel en el fallido intento de expulsar a Newt Gingrich como portavoz. También se significó en el proyecto de ley que prohibiría adopciones por parte de padres homosexuales y lesbianas en Washington, DC. En 2002 Largent decidió postularse para gobernador de Oklahoma, logrando fácilmente la nominación republicana, pero siendo derrotado por menos de 7000 sufragios por el candidato demócrata Brad Henry. Dicen que su oposición a las peleas de gallos fue la causa de esa mínima derrota…
Se preguntarán ¿y no hay Demócratas entre los ex jugadores de la NFL? Sí, alguno hay. Y por desgracia, uno de los más grandes busts de la NFL. Finalista del Heisman de 1993, sólo por detrás de Charlie Ward; tercera elección del draft de 1994, únicamente precedido por otro decepcionante #1, Dan Wilkinson y por un majestuoso #2, Marshal Faulk, la presión y los ceros en su contrato con Redskins pudieron con el prometedor Heath Shuler, un quarterback al tuvieron que sentar y sustituirlo por un séptima ronda como Gus Frerotte. Lesiones y un lastimoso penar por Nueva Orleans y Oakland, le llevaron a retirarse en 1998, tan solo cuatro años después de su debut.
Lo que no sabía Shuler es que si bien su etapa deportiva en Washington fue frustrante, su estadía como político en el DC fuera a ser tan exitosa. Miembro de la Cámara de Representantes en 2007 por el 11 distrito de Carolina del Norte, pronto adquirió protagonismo en la bancada azul, incluso desafiando a Nancy Pelosi para el papel de líder de la minoría después de que los republicanos recuperaran la Casa en 2010. A pesar de ello y de su juventud, no se presentó a la reelección, optando por pasarse al otro lado de la barrera, integrándose en el lucrativo mundo del lobbysmo washingtoniano.
Y dejo para el final a mis dos debilidades, por evidentes razones profesionales. Antes de nada y muy brevemente, hay que recordar que en los Estados Unidos, el acceso a la judicatura no es como en la vieja Europa. Simplificando mucho, debemos distinguir entre jueces federales y estatales: los primeros son nombrados por el Presidente y luego ratificados por la mayoría del Senado, atendiendo a los méritos académicos y profesionales del candidato. Por lo que respecta a los jueces estatales, en cada Estado se establecen unas pautas de selección, aunque por regla general, se accede por la elección popular de los mismos o, en menor medida, a la designación por el gobernador. En cualquier caso, no hay un sistema de oposiciones, como en España, sino que se integran en su sistema político, ya sea por designación o por elección. Les cuento esto porque los dos últimos jugadores que les traigo fueron luego jueces y, por consiguiente, considerados en Estados Unidos como cargos electos o designados.
Alan Page tenía estrella. Nacido en Canton, trabajó en las cuadrillas de obreros que construyeron el Pro Football Hall of Fame en el que años después tendría un busto. Elegido por Minnesota en 1967, este portentoso y ágil defensive tackle formó parte de los inolvidables Purple People Eaters que llevaron a la franquicia a ganar el campeonato de la NFL de 1969 -y luego perder el IV y último AFL-NFL Chiefs-. 9 veces pro Bowl, NFL 1970 Decade Team, 50 Greatest Vikings, dorsal 88 retirado, sexto en la clasificación de mayor números de titularidades consecutivas (234)... Durante su carrera deportiva, se matriculó en la University of Minnesota Law School, obteniendo un doctorado en 1978, trabajando en la offseason en la firma Lindquist and Vennum desde 1979 a 1984, siendo un año después nombrado Asistente Especial del Fiscal del Estado. Su trayectoria jurídica da un salto de calidad en 1995 cuando es elegido por sufragio para ocupar un asiento como juez del Tribunal Supremo de Minnesota, siendo el primero de raza negra de toda su historia. Su buen hacer el Alto Tribunal le llevó a ser reelegido hasta en tres veces con el mayor porcentaje de votos obtenido nunca. El Honorable juez Page fue tan buen defensor de la línea de scrimmage como de los derechos de los ciudadanos de Minnesota.
Si Alan Page fue sobresaliente con el casco y con la toga, Byron «Whizzer» White fue tan solo un buen corredor, pero un superlativo jurista: juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. A pesar de jugar nada más que tres temporadas en la NFL, un año en los Pirates de Pittsburgh y dos en Detroit, lideró siempre la clasificación de yardas de carrera, siendo el rookie mejor pagado de la liga en 1938. Tras un año sabático en la universidad de Oxford, se reincorporó a los Lions en 1939, pero la irrupción de la II Guerra Mundial –donde alcanzó el grado de teniente coronel y una Estrella de Bronce- volvió a separarle de los terrenos de juego, a los que ya no volvería al terminar la guerra, optando por graduarse en la Yale Law School. Law clerk, abogado durante quince años en Davis Graham & Stubbs, asesor del JFK en la campaña presidencial de 1960, Ayudante del Fiscal General del Estado en la Administración Kennedy, es decir, mano derecha de Robert Kennedy…y claro, Juez del Tribunal Supremo desde 1962 hasta 1993, donde dejó un legado de 994 opinions.
Desde 1967, la Asociación de Jugadores de la NFL concede el premio Byron «Whizzer» White NFL Man of the Year, reconociendo al jugador más que por su juego, por lo que reporta a la sociedad, a imagen y semejante de White, que además de jugador, fue militar, servidor público desde le administración de justicia y siempre volcado en actividades humanitarias en beneficio de la comunidad. Entre el primer premiado, Bart Starr, hasta la última edición, que recayó en el linebacker Thomas Davis, han siso galardonados nombres tan cualificados como Drew Brees, Payton Manning, Derrick Thomas, Reggie White, Franco Harris o Roger Staubach, entre otros muchos.
Termino. Dice Tom Brady que apoya a Donald Trump porque es su amigo, y el apoya a todos sus amigos, al margen de sus ideologías o de sus sensibilidades políticas, económicas o sociales. Bien está. Yo también quiero mucho a mis amigos, pero si alguno de ellos dijera, por ejemplo, de los inmigrantes mexicanos que «están trayendo sus drogas, están trayendo su crimen. Son violadores y algunos, asumo, son buenas personas» o que «restablecería el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo" o que «si yo llego a estar al mando, dudo que los terroristas del 11S hubiesen entrado al país» o, en fin, que «este es un país en el que hablamos inglés, no español», como amigo suyo, le aconsejaría que o bien se callara o bien nos hiciera un favor a todos y renunciara a presentarse a cargo público alguno…¡Joe Namath for President!