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TAMPA BAY BUCCANEERS

La inmejorable situación de Mike Glennon en la actual NFL

El quarterback de los Tampa Bay Buccaneers tiene la sartén por el mango tanto para renovar por su equipo como para buscar ser titular en otro lado.

Mike Glennon.
Getty Images

Mike Glennon es un quarterback del montón en la NFL. No se me ofenda nadie que lo considere un talento por descubrir ni me esperen tantos otros con el pantallazo guardado para el día, si es que llega, en el que sea Pro Bowler. Me refiero a que no ha demostrado gran cosa en esta liga, no fue considerado más que digno de tercera ronda en el draft de su promoción y anda, aún, en su contrato rookie ganando poco más de un millón de dólares al año. Del montón, vaya. Encima con su franquicia, los Tampa Bay Buccaneers, entregados en cuerpo y alma a Jameis Winston como QB titular del equipo. Esto antaño podría ser la descripción de, en el mejor de los casos, una digna carrera de suplente en el mundo del football. Pero no ahora. Ahora es un tipo afortunado al que el destino le va a sonreír. Y en breve.

En la NFL hay dos equipos que buscan QB: los Denver Broncos y Los Angeles Rams. Hay otros dos que tratan de mejorar su situación actual en el puesto, los New York Jets y los San Francisco 49ers. Y nada más. Las otras 28 franquicias están servidas con, como mucho, la intención de draftear algún talento dentro de un mes para ir apuntalando la posición de pasador. Así pues, el mercado de QBs es escaso y muy trillado.

Es ahí donde aparece la figura de Mike Glennon. En sus tres años en la liga ha jugado 19 partidos en los que ha lanzado para 4025 yardas con un 58,8% de pases completados. 29 touchdowns y 15 intercepciones le contemplan. Y, lo que es más importante, en toda esa retahíla de números dejó unas sensaciones positivas. Nada como para suspirar por él, pero lo suficiente como para pensar que hay talento, que hay potencial.

A los Bucs les encantaría tenerle de reserva de Winston. Conoce la casa, conoce a los compañeros y el sistema. Es un seguro de vida muy barato. Nadie esta libre de una lesión y, por lo tanto, la figura del respetable y querido QB suplente es crucial para cualquier equipo. Pero resulta que este año Brock Osweiler, con poco más en su bagaje que Glennon, ha firmado un contrato de 17 millones de dólares al año, como Sam Bradford en Philadelphia, y menos que los 20 de Kirk Cousins en los Redskins. Es más, un sempiterno suplente como Chase Daniel se queda con 7 millones al año en Philadelphia y un 'fracasado', al menos de momento, Robert Griffin III se ha asegurado 6,5 esta temporada en los Browns.

Glennon no va a pedir menos que eso el año que viene. Entonces será agente libre y su caché seguirá intacto, si todo sigue los cauces previstos, pues apenas verá el campo con un Jameis Winston sano. Con esto en mente en Tampa Bay tienen que estar nerviosos: ¿le pagamos eso o le dejamos irse? Y si la respuesta correcta es la segunda, ¿por qué no tratamos de sacar algo por él?

Ahora mismo no es descabellado pensar que los Denver Broncos, por poner el ejemplo más obvio, serían capaces de negociar una ronda media del draft por Glennon. Les saldría barato, mucho más que Colin Kaepernick, otro de los rumores recurrentes, y les daría un año de margen para comprobar que hay dentro del chaval.

Para Glennon cualquiera de estas situaciones es ideal. Si se queda en los Buccaneers tendrá la opción de llegar a la agencia libre, y hacer caja, como un jugador inmaculado. No lo hará sólo si el equipo le ofrece una extensión de contrato, y esta rondaría los siete millones al año. Si ha de jugar, lo hará en un entorno que domina como es Tampa Bay. Y si le traspasan tendrá puesto de titular en esta liga, no siendo descabellado que lo haga en los actuales campeones de la Super Bowl.

Todo beneficios para un QB que apenas ha demostrado nada en la NFL más allá de no ser de los que meten la pata. Quizás es que eso ya es suficiente. Desde luego el mercado ha demostrado que por ahí van los tiros.