"Ganar al Barça es posible, tenemos que creérnoslo"
Gurutz Aginagalde, hermano de Julen, capitanea al club que se ha convertido en alternativa en el balonmano español, el Naturhouse La Rioja.
Gurutz Aginagalde forma parte del paisaje de Logroño. El portero del Naturhouse tiene su casa, sus costumbres y sus amigos: “Aquí me siento como en Irún. Es una mezcla entre un pueblo grande y una ciudad pequeña. La gente nos trata fenomenal, y aparte está la Laurel... una maravilla para ir de pinchos y relacionarnos con los aficionados”. Gurutz llegó a la capital de La Rioja en la campaña 2005/2006, cuando el equipo militaba en División de Honor B: “El club y yo hemos crecido durante estas diez temporadas. Salir del Bidasoa quizá pareció un paso atrás, pero fue para coger impulso, consciente de la ambición y seriedad del proyecto”.
A sus 38 años, ingeniero, padre de dos niñas (Nerea y June) y hermano de Julen, pivote de la Selección y del Kielce polaco, Aginagalde lleva “orgulloso la responsabilidad de capitán” desde el primer curso en la máxima categoría (2006/2007): “Ahí viví mi peor etapa. No dependíamos de nosotros mismos y casi descendimos. Ejercí de compañero y psicólogo. Ahora no existen apenas problemas y los jóvenes ayudan en la gestión del vestuario”. En la actualidad, el Naturhouse se ha consolidado como alternativa al Barcelona en el balonmano nacional.
Pese a las bajas por lesión, plantó cara a los azulgrana en la Copa Asobal (35-31). Con ese subcampeonato suma cinco desde 2013: dos ligueros, uno en la Copa del Rey y otro en la Supercopa de España. ¿Y qué hace falta para acabar con la tiranía del Barça? “Creérselo. Cayó por última vez en Logroño (33-31, en mayo de 2013). Debemos confiar en que vencerle resulta posible. Ojalá la final de León suponga un punto de inflexión, dominamos en distintas fases hasta que aguantaron las fuerzas”.
Gurutz señala dos nombres propios dentro de la “espectacular evolución en España y en Europa” del Naturhouse: “El primero, el entrenador, Jota González (firmó en 2007). Él ha forjado lo que somos a base de aplicar sus ideas, sacrificio y corazón. Después, el fichaje de Rubén Garabaya (en 2010) confirmó que los jugadores de élite apostaban por venir a Logroño. A partir de entonces nos exigimos ganar”. No obstante, “el club no ha perdido las raíces”: “Nos consideramos una familia, afición, directiva y plantilla, y nos caracterizamos por la ilusión. Hay crisis, pero seguimos arriba”.
Para la segunda parte de la campaña, el equipo riojano conserva abiertos todos los frentes: marcha segundo en la Liga, se medirá con el Villa de Aranda en cuartos de la Copa del Rey, y con el Motor Zaporozhye ucraniano en la previa de octavos de la Champions. “Lo he hablado bastante con Jota y sólo queda la guinda de un título. Aunque me gustaría continuar varios años más, también quiero conseguirlo cuanto antes. Lo buscaremos en la Copa”. Mientras, pincho en mano, lanza otro deseo para logroñeses y lectores de AS: “Felices fiestas”.