Una imagen, una frase, de la semana 10 de la NFL
La lesión de Peyton Manning, que no su récord de yardas, marcó una jornada en que los Packers siguieron hundiéndose y los Patriots empezaron a hacer aguas.
Los Packers se desinflan, los ‘Mannings’ se destruyen, los Panthers se pasean y los Eagles ‘sanchezean’. Pero lo que todos nos preguntamos desde el domingo es si él volverá. Como si fuera una cuestión de estado demostrar que aún puede jugar bien, cuando a estas alturas deberíamos, simplemente, estar saboreando aquellos momentos mágicos que nos hizo pasar en el pasado. Estoy aburrido de ese debate cainita y ridículo que hemos mantenido todos estos meses sobre su capacidad para seguir jugando. Peyton Manning no debe lanzar un pase más en el football profesional. Y punto. Pero él intentará volver. Vaya si lo hará. Hasta la última gota de su sangre...
Jets 17 – Bills 22
¿Es Fitzpatrick daltónico, Todd Bowles un impaciente y Tyranosaurus Rex un tahúr? Posiblemente la respuesta sea no a todo, pero unos Jets que fueron mejores a los puntos perdieron por las intercepciones, la impaciencia y el peso de la responsabilidad en un partido que casi parecía de playoffs.
Ravens 20 – Jaguars 22
Por suerte, cuando parecía que el desastre era inevitable, apareció Elvis Dumervil, cometió un facemask salvador y consiguió in extremis que los Ravens siguieran en la carrera por el número 1 del próximo draft.
Packers 16 – Lions 18
Los Lions hicieron todo lo posible por perder. Eso no es noticia. Lo terrible es que los Packers, jugando en Lambeau y contra el peor equipo de la NFL, hicieron todo lo posible por ganar y ni así lo consiguieron.
Eagles 19 – Dolphins 20
Manda narices que Chip Kelly pusiera patas arriba la última agencia libre para terminar jugando en la semana 10 con un Mark Sanchez que en pocos minutos hizo bueno a Bradford. Hombro dislocado y conmoción cerebral. Ya pueden darse prisa en recuperar a Tebow, que Elway está buscando su teléfono en la papelera.
Steelers 30 – Browns 9
Llevo dos días preguntándome por qué dejó Tomlin a Big Ben en el banquillo en el inicio de partido. ¿Fue una apuesta? ¿Una gamberrada? Porque en cuanto salió al campo, se acabó el partido por muy bien que jugara Johnny Football, que lo hizo.
Rams 13 – Bears 37
Ya sé que voy a parecer un veleta, pero hoy apostaría sin dudarlo a que los Chicago Bears acaban la temporada por delante de los Packers. Y que Adam Gase será el entrenador de los Bears en 2016. Y que en Chicago se avecina un renacer mucho más inminente de lo esperado. Y que Cutler sí es recuperable. Y que… bueno, me voy a calmar, que seguramente en un par de semanas vuelva a renegar de estos Bears. Pero hoy me molan, y no he podido decir algo así desde hace muchos años.
Buccaneers 10 – Cowboys 6
Cuando terminó el partido estaba convencido de haber presenciado uno de los espectáculos menos edificantes de la historia de la NFL, pero después de mucho meditar, y autosugestionarme con varias cervezas, voy a hacer un gran esfuerzo para creerme que la defensa de Tampa hizo un partido sensacional ante el incisivo y peligroso ataque de… sí, de Matt Cassel.
Titans 10 – Panthers 27
Después de un par de semanas con victorias épicas, la del domingo contra los Titans se convirtió en un trámite insípido en el camino improbable, pero posible, de una temporada perfecta para los Panthers.
Redskins 47 – Saints 14
Pensé que nunca volvería a ver una defensa tan incompetente como la de los Cowboys de 2013, pero la añada de los Saints de 2015 tiene un buqué que te cagas. Y cuando digo que te cagas, es que te cagas.
Raiders 14 – Vikings 30
Hace años que tengo un sueño en el que veo a Adrian Peterson ganar un anillo de la NFL y, curiosamente, está sucediendo algo que hasta hace pocas semanas me parecía imposible: creo que ese sueño puede hacerse realidad; creo que es el mejor jugador de football americano desde la invención de la rueda, creo que podría pasarme toda la vida viéndole bailar con la pelota sobre el emparrillado como si no hubiera rivales; creo que nadie debe perderse ni un solo partido de los Vikings esta temporada.
Broncos 13 – Chiefs 29
Creí que jamás diría algo así de Peyton Manning, pero el domingo le vi protagonizar la peor actuación de un quarterback desde que empecé a ver NFL. Eso sí que fue un récord.
Giants 26 – Patriots 27
Brady no ganaba a los Giants desde 2007. Y la racha debería continuar si tener posesión clara y los dos pies en el suelo fuera suficiente argumento para que un pase se convirtiera en completo, y si Tom Coughlin se jubilara y se fuera a gruñir a la grada mientras alguien dirige, o al menos suma segundos, desde la banda.
Seahawks 32 – Cardinals 39
La actuación de Carson Palmer contra una defensa furiosa, agresiva hasta el paroxismo, intensa hasta la extenuación, quizá sea la más impresionante de cualquier quarterback en lo que va de temporada. Y eso no solo le honra a él, sino también a la defensa de Seattle, que si mantiene ese nivel debería aupar a su equipo hasta postemporada pese a todo.
Vamos a confesaros una cosa. Nuestro querido Miguel López de Toro lleva cinco días taladrándonos la cabeza: los Texans van a ganar a los Bengals, los Texans van a ganar a los Bengals, ya veréis, los Texans van a ganar a los Bengals. Tan pesado se puso que incluso tuvimos que aceptarle la apuesta de una cena que, por descontado, no vamos a pagar. Dado que es el becario lo que le hemos dejado es que elija la cantidad de azúcar que nos puede poner en los cafés, y se ha comportado como Andy Dalton con J.J. Watt y se ha puesto a lloriquear no se qué. Pero, lo justo es justo, nuestro querido Michel lo vio venir. Y fue el único.