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Los escándalos de la semana

Hardy, Mallett, Kaepernick... Esta NFL es una casa de locos

Quién iba a decir que echaríamos de menos a un Roger Goodell desaparecido desde la sentencia del Deflategate, que esta NFL se empieza a desmadrar.

Greg Hardy tiene muy claro quién manda en la franquicia de los Cowboys. Una pista: no son ni Garrett ni Jones.
ELSAAFP

¡Organización! ¡Señores, esto se nos está yendo de las manos! Los códigos de buena conducta saltan por los aires al mismo tiempo que Roger Goodell sigue desaparecido. Porque no sé si os habéis fijado, pero el señor comisionado está de viaje de exploración a Marte, o algo similar, desde la sentencia del ‘Deflategate’. Definitivamente, los propietarios lo han metido en un cajón y no dejan que asome la cabeza.

Porque, entre nosotros, nadie me va a convencer de que en otros tiempos mejores, y mucho más divertidos, el señor comisionado se habría quedado sentado, con los brazos cruzados, contemplando cómo la imagen de la NFL queda mancillada por las actuaciones surrealistas, caprichosas e infantiles de los actores principales, que son los jugadores.

Para empezar, Ryan Mallett sumó el enésimo desplante de la temporada en los Texans. El primero llegó cuando no se presentó a un entrenamiento de pretemporada después de que Bill O’Brien confirmara a Hoyer como titular. El segundo lo vivimos cuando fue sustituido por su rival de posición en la semana 5 contra Ios Colts. Pasó el resto del partido haciendo muecas de disgusto cada vez que Hoyer conseguía una gran jugada. La última de Mallett fue llegar tarde al avión privado que llevó al resto del equipo de los Texans a Miami. Se justificó culpando al tráfico de Houston, que estaba imposible. Pero eso debió suceder solo en las calles por las que él transitaba, porque el resto de los 52 jugadores, el staff técnico y demás asistentes llegaron a tiempo como clavos sin sufrir ningún percance. Según parece, cuando Mallett se cansó de retener la respiración y patalear, cogió un vuelo comercial para viajar a Miami. Sin embargo, por muy poca profundidad que tenga la posición de quarterback en los Texans, por muy malo que sea Hoyer, por muy mal que vaya el equipo, que Mallett siga en la plantilla después de tanto desplante y rabieta infantil parece inexplicable. Todos pensábamos que Bill O´Brien era de la escuela de Belichick, y todos hemos visto al entrenador de los Patriots prescindir de un jugador, y casi crucificarle, solo por llegar minutos tarde a un entrenamiento. O’Brien debe solucionar cuanto antes los soponcios de Mallett si no quiere perder su prestigio y parecer un entrenador sin autoridad, un sambenito que puede acabar con su carrera.

Lo de Mallett no deja de ser un berrinche que simplemente está destruyendo su carrera y el prestigio de su entrenador. Es mucho más peligroso cuando es Greg Hardy el que se enrabieta, porque sus reacciones son mucho más imprevisibles y agresivas. Solo hay que ver el siguiente vídeo.

Los Cowboys sufrieron un duro golpe el domingo con una derrota ante los Giants. El choque tuvo su momento culminante cuando Dwayne Harris, exjugador de los Cowboys, retornó para touchdown un kickoff de los tejanos.100 yardasque se hicieron eternas para los aficionados de Dallas, y también para un Greg Hardy que perdió completamente los papeles, se acercó de inmediato a la reunión en la que Rich Bisaccia intentaba dar nuevas instrucciones, le arrancó los papeles de un manotazo al coordinador de equipos especiales, se encaró con él, le empujó, y la cosa no fue a más porque otros compañeros les separaron. Conociendo los antecedentes de Hardy, Bisaccia tuvo suerte de salir indemne del encuentro.

Pero los peor de todo es que tanto Jason Garrett, entrenador de los Cowboys, como Jerry Jones, propietario del equipo, se mostraron después encantados con la reacción del jugador, que según ellos actuó como un gran motivador que encorajinó a sus compañeros y saltó como debe hacerlo un líder en el vestuario. Las cosas no deben ir muy bien en Dallas si quien intentó poner sensatez, y a Hardy en su sitio, fue un tipo tan ‘moderado’ como Dez Briant, que se encaró después con su compañero, echándole en cara su reacción, para que ambos estuvieran a punto de terminar a tortas.

Y para tortas, las que pueden acabar volando en San Francisco si los rumores que empezaron este verano, y que probablemente ya conoceréis, terminan siendo la razón por la que el vestuario de los Niners está a punto de saltar por los aires. Llevamos varias semanas elucubrando sobre problemas técnicos, analizando el plan de juego, las actuaciones de un Kaepernick desconocido por su actitud preocupada, y parece que el problema puede ser, en parte, de faldas.

Todo el párrafo anterior fue negado de inmediato tras el accidente de Aldon Smith. Ni Kaepernick estuvo en un restaurante con Nessa, ni hubo incidente en entrenamiento, ni Smith se chocó contra un coche propiedad de Kaepernick. Sin embargo, en las últimas horas se han vuelto a desatar todos los rumores cuando Jay Glazer dijo en su programa que el quarterback no tenía relación con sus compañeros en el vestuario, que ven con apatía, y si ningún interés en animarle, su actual crisis de confianza. Y tras algún tweet bastante críptico de Aldon Smith han vuelto los rumores de que Kaepernick sí tiene una relación con Nessa, que Smith sí estrelló su coche tras discutir con el quarterback y que esa ha sido la gota que ha colmado el vaso dentro del vestuario.

Y para rizar más el rizo, Tim Kawakami, analista de los Niners en Mercurynews, asegura que todos estos rumores pueden haber salido de Jed York y Trent Baalke, que quieren precipitar la marcha del quarterback. Tela.

Uno que no llega al avión, otro que se encara con su entrenador, un último que ‘le quita’ la novia a un compañero… Esta NFL es un despelote y es urgente que Goodell resurja de sus cenizas y vuelva a poner orden. ¡Que es que son como niños!