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SAN DIEGO CHARGERS 29 - OAKLAND RAIDERS 37

Oakland presenta su candidatura a playoff aniquilando a San Diego

Los Raiders, con un estelar Amari Cooper, ponen en alerta a toda la AFC con una victoria que les mete en la conversación para jugar postemporada.

Amari Cooper abusando de la secundaria de los Chargers
Harry HowAFP

Ojo AFC, hay un nuevo invitado en la pelea por los playoffs, y creo que no lo esperabais. Se trata de los Oakland Raiders, un equipo de jóvenes talentos a los que les falta aún madurar y ser fiables semana tras semana pero que, chico, de condiciones para esto van sobrados.

En esta jornada han cogido a los San Diego Chargers y les han metido 37 puntos, por los 29 recibidos. Y podéis creerme cuando os digo que la sensación fue mucho más de paliza que de partido con opciones para los derrotados como sugiere el marcador. En los minutos de la basura del último cuarto el resultado quedó adecentado con la heroicidad clásica del que se sabe vencido y la indiferencia palmaria del que sabe que ha ganado, jugando en prevent y dejando pasar el tiempo. Eso pudo costar caro a los Raiders, pero lo cierto es que la remontada nunca pareció ser real, con el último touch down, y anotación de dos puntos subsiguiente, rematada a tan sólo seis segundos del final del partido. Phillip Rivers lanzó la increíble cantidad de 58 pases, y la semana pasada pasó de 60. Mal asunto este.

La gran figura del encuentro fue Amari Cooper. Decir que este muchacho es el principal candidato a ganar el premio a rookie ofensivo del año es quedarse corto. Estamos hablando de una estrella legítima de esta liga. Ya. Su altura y tamaño imponen, pero ver el recorte en campo abierto que hace en el touch down del segundo cuarto es capaz de dejar en el suelo la mandíbula del más escéptico de los analistas.

Aprovechando la baja de Eric Weddle, esencial en una mala defensa como la de San Diego. Derek Carr abusó del medio del campo profundo. De hecho, Cooper fue el receptor en otra de las jugadas más espectaculares del partido, cuando los safeties de los Chargers sirvieron de decorado para una conexión más de la joven pareja, la que hace soñar a toda la afición de los Raiders.

El partido se decidió antes del descanso, con 30-6 a favor de los visitantes y dos intercepciones de regalo de Phillip Rivers que dieron alas a este resultado. En esos momentos la media de yardas por jugada de Oakland rondaba la redonda cifra de diez. Es obvio que la defensa de San Diego dio todas las facilidades. Y luego unas pocas más. Ni presionaron a Carr, ni ganaron la batalla de las trincheras, ni la secundaria fue capaz ya no de detener a Cooper, poco menos que una quimera en tardes inspiradas, sino tan siquiera a Crabtree o Walford.

Tan acabado estaba el encuentro que a mitad del tercer cuarto Mike McCoy, entrenador de los Chargers, decidió poner en el campo a Melvin Gordon. La primera ronda del draft del equipo esta temporada está siendo una de las grandes decepciones de la campaña y ya la semana pasada vio la mitad del partido en la banda tras cometer dos fumbles. Con un corredor titular como Danny Woodhead no tuvo ni un snap en la primera parte. Paraos a pensar en lo que eso significa.

Que no es otra cosa que malos tiempos para San Diego. Con una defensa que ya no ofrece ninguna duda, pues es tan mala como se podía presuponer, y un ataque que ha de vivir de exhibiciones aéreas continuas si quiere sobrevivir, el resultado de su temporada se antoja negativo.

Y por el lado de los Oakland Raiders, pues lo dicho en un principio; sus figuras son gente joven y, por lo tanto, inestables y poco fiables, capaces de lo mejor y lo peor de domingo en domingo. Pero cuando las cosas les funcionan, son un placer para la vista. Y para el marcador de victorias. Eso, su descaro y su despreocupación por el futuro, es lo que debería dar miedo a sus rivales de la AFC, porque han presentado su candidatura oficial a pelear por meterse en postemporada.