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Joe Maddon azuza a sus tropas para los playoffs

Los Chicago Cubs son los adorables perdedores de la Major League Baseball, un equipo que no gana las Series Mundiales desde 1908 y que durante muchos años no ha sido sinónimo de equipo competitivo que pudiera aspirar a romper esta tremenda sequía.

Pero los Cubs en 2015 no tienen nada que ver respecto a los equipos que no han podido estar a la altura en el pasado. Solamente son responsables de lo que pueda ocurrir a partir de este momento y este año aspiran a tanto como el que más de cara a suceder a los San Francisco Giants como los campeones del mundo.

Los Chicago Cubs de Joe Maddon no tienen miedo a nada ni a nadie.

Esta es la imagen que se puede sacar de lo ocurrido en el primero de los tres partidos que componen las series entre el club de Illinois y unos St. Louis Cardinals que regularmente ha sido el mejor equipo de toda la liga, protagonista de una feroz (pero noble) rivalidad con los Cubbies y encuadrados además en su misma división.

St. Louis tiene todas las papeletas para hacerse con el título de la División Central de la Liga Nacional pero esto no quiere decir que los Cubs no se vean a sí mismos como un equipo capaz de plantarle cara no sólo a ellos sino a cualquier otro participante de la postemporada. Y no lo olvidemos, los Cubs, si consiguen superar el partido de wild card contra los Pirates, tendrán tantas opciones como el que más para ganar las Series Mundiales.

La victoria de los Cubs por 8-3 no sólo nos trae la recuperación de Starlin Castro, un jugador que fue un alumno precoz en las Grandes Ligas pero que ha perdido la titularidad en favor de Addison Russell en el short y ahora se ve relegado a compartir el puesto en segunda. Por cierto, Castro ha subido su OPS casi 400 puntos respecto a agosto y parece asentado en ese rol con el que está ganando puntos a la hora de jugar un papel clave en los playoffs.

La clave de este duelo ha sido la actitud feroz de Joe Maddon en el partido, dejando muy claro que no piensa ceder ni un milímetro su posición en favor de los siempre bienintencionados St. Louis Cardinals y que su sacrosanto manual sobre cómo deben de comportarse los jugadores de la franquicia de Missouri tanto dentro como fuera del terreno de juego le importa más bien poco.

Toda esta vorágine de acontecimientos se inició con el bolazo que recibió Matt Holliday directamente en la cabeza que, interpretado como voluntario, inició la secuencia que tendría como consecuencia la represalia de los Cards frente al gran Anthony Rizzo.

Maddon dejó muy claro que va a defender a muerte a sus jugadores y que esta actitud “propia de justicieros” no iba a ser tolerada.

“Quiero que todo el mundo entienda que nosotros no empezamos las cosas pero sí que las terminamos”, sentenció.

¡Sin duda alguna, una frase digna de cualquier script de Los Soprano!

El técnico ha instaurado una mentalidad positiva desde su llegada al club, aspirando a todo, y eso no va a cambiar. El mensaje es claro: los Cubs no se van a achantar frente a cualquier situación en octubre y este tipo de disputas sólo nos hacen desear que lleguen los playoffs cuanto antes para disfrutar de esa atmósfera única.