…Y Cris Carter dijo (otra vez) lo que le salió de las narices
Resumo la historia. En junio de 2014, durante el simposio de novatos, Cris Carter, al que más adelante presentaré, hizo una exposición con Warren Sapp. En un momento de la intervención, sacó al estrado a Teddy Bridgewater y dijo más o menos lo siguiente: “A partir de ahora no todos vosotros vais a hacer lo correcto. Por eso, también os voy a explicar cómo sortear esos temas. Vais a tener un séquito y uno de sus miembros debe saber que puede ir a la cárcel. Ya le sacaréis”. Hace unos días, Chris Borland, el linebacker de los 49ers que se retiró en marzo tras solo un año como profesional por miedo a las secuelas neurológicas de la práctica del football, declaró en una entrevista a ESPN Magazine que un ponente recomendó tener ‘chivo expiatorio’ durante las reuniones de novatos, sin querer decir el nombre del autor del pecado.
Las declaraciones de Borland cayeron como una bomba y el más listo del lugar fue Charles Robinson (@CharlesRobinson), periodista de Yahoo, que descubrió y tuiteo que el autor de la frase había sido Cris Carter y que el vídeo estaba enlazado además en NFL.com que, casi de inmediato, lo eliminó de su archivo… aunque demasiado tarde porque ya estaba circulando imparable por las redes sociales.
Ahora, Cris Carter ha tenido que disculparse por sus declaraciones de junio de 2014 y la ESPN, medio para el que es analista, está estudiando replantear su relación laboral con el antiguo receptor y por el camino ha manifestado su desacuerdo esas desafortunados comentarios.
La NFL también ha repudiado la aportación de Carter, diciendo que no es representativa del espíritu del mensaje que se transmite en la convención de novatos.
Cris Carter es uno de los mejores receptores de los ’90. Un miembro del Hall of Fame que formó junto a Randy Moss una de las mejores parejas de receptores de todos los tiempos en los Minnesota Vikings. Pero Cris Carter también fue siempre un showman con mucha labia y una tendencia natural al gamberreo. Un tipo serio y profesional con el casco puesto, que se convertía en un tornado de declaraciones polémicas, gamberras y divertidas en cuanto se lo quitaba. Todo corazón, pero un corazón demasiado caliente, apasionado y en ocasiones poco inteligente.
Resumiendo, Carter siempre fue un boca chancla. Pero de esos que resultan simpáticos, que hablan por los codos diciendo sin pensar lo que piensan, pensando que nadie pensará mal de ellos. Una fábrica de titulares. Una fuente de noticias incapaz de guardar un secreto.
En el mundo de hoy, en que tan de moda está eso que se ha dado en llamar SEO, que, resumiendo, es conseguir que tus contenidos tengan presencia y repercusión, se entendería muy bien que Cris Carter fue durante su etapa de jugador un SEO ideal. Un embajador de la NFL, que ayudó a popularizarla y a acaparar titulares en los medios.
Creo que vistos los antecedentes del jugador, y los de Warren Sapp, su compañero en la conferencia de marras, nadie puede tomarse muy en serio lo que se dijo sobre ese estrado. Es más, poco dijeron para lo que podrían haber soltado si se llegan a venir arriba de verdad. Y si seguimos un rato de lo que hablaron, y las carcajadas que salían de la grada, puede considerarse más una actuación del club de la Comedia que una conferencia seria. Así que, o la NFL ha perdido el norte o en ningún caso enviaría a Sapp y Carter a explicar a los jóvenes cómo hay que hacer las cosas, sino más bien cómo las hacen los que las hacen mal… que fue más o menos lo que hicieron, porque es lo que saben hacer.
Por tanto, darle importancia al asunto vuelve a ser un síntoma de que algo no funciona en las oficinas de la NFL. La semana pasada sentí bastante pena cuando una de las escenas más celebradas del Hard Knocks de los Texans fue cuando el entrenador explicaba a sus jugadores novatos cómo tenían que responder a preguntas comprometidas con banalidades. A todo el mundo le ha hecho mucha gracia, pero a mi me ha dado mucha pena. ¿Es que los jugadores son idiotas? ¿No es mejor formales para que sepan hablar, en vez de para que se limiten a rebuznar naderías?
Y volvemos una vez más al mundo políticamente correcto en el que no se puede decir lo que se piensa, o la verdad, sino lo que se quiere oír, aunque sea mentira. Y por el camino todos vivimos en la ignorancia de lo que es el día a día real de un jugador de la NFL, o de cualquier persona pública, salvo que tenga a bien ponerse en evidencia en twitter.
Luego llega Gronkowski, se fotografía con actrices porno y de borrachera en borrachera, y después del primer momento de shock, y de la inicial marea de críticas, la humanidad vuelve a sus cositas y el único que se preocupa es Bill Belichick, que no tiene más remedio que aceptar las locuras de su jugador mientras rinda como lo hace en el campo, y se gana a los aficionados porque es un tipo con una integridad que está desapareciendo: la del que no le importa mostrarse al mundo como es.
No pretendo defender el comentario de Carter porque es injustificable en cualquier contexto, pero creo que no merece tal escandalera, que visto el autor no es tan sorprendente y que si la NFL fomentara más la libertad de expresión y no el hermetismo, todo transitaría de un modo mucho más natural. El ridículo no lo ha hecho Cris Carter, sino más bien la NFL.
Porque a veces, con cuentagotas, algún jugador dice lo que piensa de verdad, como Aaron Rodgers esta semana cuando criticó los partidos de pretemporada, y es un acontecimiento tan extraordinario que provoca sorpresa, y hasta alivio: “¡no me lo puedo creer, aún queda algún jugador de la NFL que dice de verdad lo que piensa delante de un micrófono!”.
Tela.