Quarterbacks: el equilibrio entre competir y desarrollar
Una de las tareas más difíciles a las que se puede enfrentar un equipo de la NFL es la de gestionar la posición de quarterback cuando no tiene uno de los deseados QBs Top-10. Dentro de la eterna búsqueda del jugador franquicia, probablemente lo más complicado sea mantenerse competitivos y no pasar esos años de búsqueda en el pozo de la liga. En esta situación se encuentra más de la mitad de la liga, navegando entre medianías y promesas.
Esta gestión comienza en el momento en que te haces con un nuevo quarterback, con decisiones tan sencillas como decisivas como darle la titularidad inmediatamente o dejarle una temporada en el banquillo. El proceso de gestión corre en paralelo a la carrera del quarterback y es fundamental tomar las acciones correctas para asegurar, por un lado, el buen desarrollo del jugador y, por otro, la competitividad del equipo. Mantener esa balanza en equilibrio es una misión casi imposible.
En la AFC Este tenemos tres equipos inmersos en este proceso. Cada uno de ellos está en una fase diferente y cada uno de ellos está gestionándolo a su manera.
Empecemos con los Miami Dolphins que son los que están más cerca del final del proceso con un Ryan Tannehill que acaba de renovar contrato. No se trata de un mega-contrato como los que hemos visto recientemente sino de una renovación de compromiso del equipo con el jugador. Los detalles del contrato envían un mensaje de “queremos seguir trabajando contigo pero no te relajes” que es justamente lo necesario en estos casos.
Los Dolphins han cumplido su parte con el jugador durante los tres años que lleva en la liga. Creo que su trabajo con Tannehill ha sido excelente y es el quarterback joven con mejor futuro, solo por detrás de Andrew Luck y Russell Wilson. La parte de ser competitivos en cambio deja bastantes más dudas. La falta de talento alrededor de su quarterback ha sido evidente y el nivel de la defensa tampoco ha acompañado. Después de los esfuerzos realizados esta offseason, es posible que, por fin, en 2015 los Dolphins alcancen ese equilibrio y sean el equipo poderoso que pretenden ser.
Pasemos ahora a unos New York Jets a los que el cambio de dirección les puede salvar de un terrible destino. Chan Gailey, coordinador ofensivo, aseguraba hace unas semanas que no existía competición ninguna y Geno Smith sería el titular. Y a pesar de que Todd Bowles se encargó poco después de limitar las expectativas diciendo que no iba a ser tan fácil para Geno; el mensaje de fondo está claro: el elegido es Smith y quieren apostar por él, dándole confianza desde el primer día.
Después de dos años llenos de incertidumbre e inseguridades con Rex Ryan como head coach; este cambio de planteamiento tiene que ser una motivación extra para Geno. Mike Maccagnan y Bowles están creando el ambiente adecuado para desarrollar a un quarterback. Eso sí, esta apuesta por Smith no significa que no vayan a sentarle si no cumple con las expectativas pero, pase lo que pase al final, los Jets han tomado una decisión inteligente y así es como se construyen los bueno equipos.
Por último, en los Buffalo Bills, Rex Ryan no ha cambiado de mentalidad (tampoco lo esperábamos) y va a montar de nuevo una competición por el puesto de titular. Y esta vez va a ir un paso más allá y lo va a hacer con tres quarterbacks: EJ Manuel, Matt Cassel y Tyrod Taylor. Y quién sabe si a esa ecuación se suma Matt Simms, recientemente adquirido tras ser cortado por los Jets. En la balanza entre desarrollar al jugador y mejorar al equipo, los Bills van a poner todo el peso en el lado del equipo, intentando montar una plantilla competitiva a pesar del QB.
No digo que sea negativo hacer que los jugadores luchen por el puesto, de hecho pienso que mantener un alto nivel de competitividad interna es muy importante. Pero la posición de quarterback necesita una estrategia especial y tener a tres jugadores rotando en los entrenamientos es contraproducente. Tampoco hay que regalarles la titularidad pero si no tienen un mínimo de estabilidad puedes acabar con tres QBs que no entiendan lo que quieres de ellos.
Es interesante ver cómo dos equipos en situaciones tan similares como Jets y Bills están apuntando a direcciones tan opuestas. Los dos equipos se han reforzado bastante bien en pretemporada pero sus decisiones respecto a la posición de quarterback señalan diferencias profundas en sus planteamientos. El tiempo dictará sentencia pero personalmente creo que considerar al QB como una simple pieza más es un riesgo tremendo para el éxito continuado del equipo. Cuidar a sus quarterbacks debería ser algo básico para cualquier franquicia NFL.
Tres equipos, tres estrategias, un único objetivo: derrocar a los New England Patriots. Unos Patriots que más pronto que tarde tendrán que pasar por todo este proceso cuando Tom Brady decida colgar las botas. Sin duda un momento que Bills, Jets y Dolphins están esperando ansiosamente pero, hasta entonces, deben seguir trabajando con lo que tienen y buscar la mejor forma de encontrar el equilibrio entre ser competitivos y desarrollar a sus quarterbacks. Esa es la clave para alcanzar a sus objetivos a corto, medio y largo plazo.