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COPA DEL MUNDO DE CRICKET 2015

Australia y Nueva Zelanda arrastran miles de aficionados

Una competición que se celebra a lo largo de un mes y medio y en dos países, que levanta una enorme pasión en el área de influencia inglesa

Nueva Zelanda, esperanzada con su selección

Las leyendas del deporte de Nueva Zelanda casi siempre se refieren a la vela o a los míticos All Blacks de rugby, pero estos días cuando uno llega al aeropuerto de Auckland se encuentra con carteles anunciando la Copa del Mundo de cricket, un deporte complejo del que los estadounidenses crearon el béisbol. Por todas partes se ven grupos de indios, pakistaníes, escoceses, ingleses, y es que desde el pasado 14 de febrero hasta el 30 de marzo en Australia y Nueva Zelanda se está disputando la undécima Copa del Mundo.

Un total de catorce selecciones jugarán 49 partidos en catorce sedes. En Australia se jugarán 26 partidos mientras que Nueva Zelanda acogerá 23 encuentros. La final del torneo se llevará a cabo en el Melbourne Cricket Ground, un estadio exclusivo con capacidad para 110.000 espectadores. El vencedor percibirá un premio de 2.800.000 euros.

India defiende el título logrado en 2011 y también compiten Inglaterra, Sudáfrica, Australia (campeón en 1987, 1999, 2003 y 2007), Sri Lanka (1996), Pakistán (1992), West Indies (islas británicas del Caribe, 1975 y 1979), Bangladesh, Nueva Zelanda, Zimbabwe, Irlanda, Afganistán, Escocia y Emiratos Árabes Unidos.

Si las batallas entre los All Blacks neozelandeses y los Wallabies australianos movilizan a los dos países en sus enfrentamientos en rugby, la pasión por ver en acción a los Black Caps (gorras negras) kiwis frente al gigante australiano, tres veces ganador de la Copa del Mundo, paralizará mañana sábado, a partir de las dos de la tarde (02:00 de la madrugada hora española) a toda una nación. La expectación es tal que las 50.000 localidades del Eden Park, escenario del encuentro estaban vendidas horas después de conocerse el resultado del sorteo.

Los neozelandeses han tenido un buen comienzo en esta Copa del Mundo, ganando sus tres encuentros y para muchos este choque puede ser el ensayo general de la final. Por este motivo la presión para los jugadores es muy grande y para los aficionados, es más que un sentimiento deportivo, incluso para los que no les gusta el cricket. La gente de Auckland y del resto del país se han volcado con su equipo y muchos aficionados al rugby de Nueva Zelanda está entusiasmados con su pequeño equipo de cricket merced a la gran promoción que se está realizando desde hace muchos meses.

El  jueves, en las calles de Kabul y Jalalabad, en las provincias de Paktia y Kandahar, se celebró la histórica primer victoria de Afganistán en la Copa del Mundo con unos jugadores que conocen más que nadie las dificultades que ha representado para ellos estar a aquí. La suya es una historia que ha cautivado no sólo a los aficionados al cricket, sino a personas de todo el mundo sin relación con este deporte. Su equipo nacional se formó hace menos de 15 años, representado por jugadores que crecieron en los campos de refugiados de Pakistán y en un país destrozado por décadas de la guerra. Recién llegado de la Copa del Mundo superó a Escocia en Dunedin (isla Sur de Nueva Zelanda) por el más pequeño de los márgenes (tres bolas) y la multitud de apasionados aficionados Afganistán que vieron la victoria histórica en la Universidad Oval rebosaban de orgullo y los mensajes de felicitación llegaron de todos los rincones del mundo, desde los jugadores a los políticos. Cuando el equipo se clasificó para la Copa del Mundo en octubre 2013, el partido duró varios días. "En el aeropuerto había una gran celebración, los parlamentarios y ministros vinieron al aeropuerto" recordó el capitán Mohammad Nabi.

Para Afganistán, esto es algo más que cricket. El equipo se ha convertido en una fuente de inspiración para sus aficionados en casa y para los afganos de todo el mundo, que rara vez tienen la oportunidad de ver su país celebrando algo en el escenario deportivo mundial. Su bateador, Samiullah Shenwari, habló del rápido crecimiento de la popularidad del deporte tras el partido: "No había nada antes. Si mira ocho o diez años atrás no había nada en Afganistán. Pero ahora que se puede decir que en las calles, en las escuelas y en todo el país se vive para el cricket".