Carolina Marín: "El bádminton es más conocido; me enorgullece"

Carolina Marín, campeona del mundo de bádminton y ganadora del Premio AS del Deporte. Acompañada de su novio Alejandro Carrasco y vestida con un espectacular diseño de Alma Aguilar, la joven de Huelva derrochó simpatía y agradeció mil veces el reconocimiento de este diario.

-¿Qué siente al recoger este premio?

-Una alegría inmensa, supone mucho para mí que un periódico deportivo tan importante como AS me dé este premio. Quiero agradecer a todo el mundo que me ha votado y al periódico por pensar en mí como merecedora de un premio.

-¿Cómo se llega a ser campeona del mundo?

-Con mucho trabajo y sacrificio y rodeada de un equipo maravilloso como el mío, que sin ellos no habría podido lograrlo.

-¿Y que le parece que le comparen con Rafa Nadal?

-Pues es un orgullo tremendo, porque Nadal es mi ídolo, mi espejo. Puede ser que nos comparen porque tenemos el mismo carácter competitivo, que no damos una bola por perdida, un volante, en mi caso.

-¿Y qué hay que hacer para popularizar un deporte como el bádminton?

-Si estoy contenta por algo, es porque ahora es un deporte menos desconocido y eso me llena de orgullo . Quiero que la gente se anime a practicarlo y a conocerlo porque es fantástico. Quiero aprovechar para dar las gracias a TVE y a TDP, que retransmitió los partidos y que hicieron posible que mucha gente me siguiera.

-¿Qué reto tiene ahora para 2015?

-Pues revalidar el oro Mundial y subir al Top-5 del ránking.

-¿Soñaba con llegar hasta aquí, con ser campeona del mundo?

-Pues sinceramente sí, desde que empecé con 14 años siempre soñé con ganar el título mundial y para eso hemos trabajado tanto. Ya llevo ocho años en la residencia, alejada de mi familia, entrenándome siete horas diarias en un pabellón, pero ha merecido la pena.

-Del bádminton casi no sabíamos nada hasta su título y ahora sabemos que el volante está hecho con plumas del ala izquierda de ganso...

-Sí, porque si no tendría un golpeo diferente. Y puede llegar a alcanzar493 kilómetroshora.

-(Le enseñamos a Carolina una foto de la final del Mundial, ella tirada en el suelo tras el punto final).

-Qué ilusión, todavía lo veo y se me ponen los pelos de punta. Fue algo maravilloso y no lo olvidaré nunca. Gracias por enseñarme esta foto.