Carlos Soria: “Llevo bien los 75 años, ya pienso en el Shisha”

—Enhorabuena por su ascensión. Lo primero, ¿cómo se encuentra?

—(Carlos Soria atiende a AS en su teléfono satélite desde el campo base del Kanchenjunga. No hace ni dos horas que ha terminado el descenso y en su voz se nota el agotamiento). Muy bien, felices, aunque estamos muy cansados. El ataque a la cumbre y el descenso al campo 3 nos llevó en total cerca de 24 horas.

—Como a usted le gusta decir, esta vez la montaña dejó que la ascendieran.

—Sí, el Kanchenjunga es una montaña maravillosa. Está rodeada de preciosos montes de 7.000 metros y cuando salimos, aún de noche, estaba rodeada de un manto de nubes. Su belleza es grande, pero también es muy difícil. El año pasado ya estuvimos aquí y no hubo manera de subir.

—Tuvo que retrasar la ascensión por el viento. ¿Temió que esta vez tampoco se dejara?

—Hubo dudas. Estábamos en el campo 3 (7.550) y a esas alturas a poco que las rachas sean fuertes, es muy peligroso. Yo decidí aguantar un día más. Sabía que cualquier equivocación podía ser peligrosa.

—¿Cómo fue la llegada a la cima? ¿De quién se acordó?

—El último tramo se hizo muy largo. Además, sin apenas cuerdas. Estuvimos unos 15 minutos en la cumbre. Siempre me preguntan qué se me pasa por la cabeza. En ese momento nada. Le estoy dando vueltas a cómo hay que bajar y hacerlo de forma segura. Es después, con más tranquilidad, cuando uno se acuerda de la familia, de los amigos, de todos los que me mandan sus ánimos...

—Esta vez han llegado a la cima cuatro de los componentes de la expedición.

—Sí, y eso me alegra. Por ejemplo, para Carlos era su primer ochomil y está como loco. (Carlos Martínez es el doctor de la expedición. Controla el estado de Soria y del resto del equipo. Que él llegue a la cima no es prioritario, sólo lo intenta si puede ayudar. Junto a los cuatro montañeros, también ascendieron cuatro sherpas. Muktu, el hombre de confianza de Soria, Barbu, Pasang y Jombu).

—¿Qué tal se ha sentido? ¿Le han pesado los 75 años?

—Pues he subido sin problemas. Creo que los 75 años los llevo muy bien, pero si me queréis quitar alguno no me voy a negar... Lo importante es que he disfrutado. La gente me está riñendo porque yo ya estoy pensando en la siguiente expedición y me dicen que disfrute.

—¿Qué planes tiene?

—Pues me gustaría intentar en otoño la cima principal del Shisha Pangma (tiene la central, también de más de ochomil metros). Y si todo va bien, en la próxima primavera intentaría enlazar las dos cumbres que me faltan para las catorce.

—Es su primer ochomil desde que cuenta con el respaldo del BBVA. ¿Sentía presión?

—Nunca me han exigido nada ni me han puesto pegas. Pero está claro que me alegro de haberlo conseguido también por ellos. Esto es así. Igual que lo he logrado, también podría no haberlo conseguido. Y no hubiera pasado nada.