La semifinal y la moral están en juego ante los macedonios

Se esperaba que contra Macedonia (16:00 horas, Teledeporte) estuviese la clasificación para semifinales en juego, pero no se podía intuir que los macedonios, sin nada en el envite, ahora impongan tanto respeto. Sin duda, el partido ante Austria, el mal juego, el no ser capaces de apuntillar y permitir que se subiesen a las barbas, ha generado sus dudas, y aunque todos estén convencidos de que la clasificación como segundo de grupo no se escapa, cada uno en su fuero interno encuentra una sensación de inseguridad.

“La defensa ha sido la base de nuestros éxitos, y tenemos que recuperarla porque hemos demostrado que con los mismos jugadores somos capaces”, comentaba ayer Viran Morros, el mariscal defensivo español. Y aunque todo pasa por la defensa, no se puede olvidar el ataque, el estar más ágiles y participativos, y conseguir que los extremos vuelvan a aportar tantos fáciles de contraataque.

Los macedonios asumen la condición de favoritos de los españoles, con los que congenian en el hall del hotel Scandinac de Herning, pero en las filas españolas nadie se cree que salgan a cumplir el expediente. “Cuando se enfrentan a España, no es un partido normal; juegan contra el campeón del Mundo, y es un gran escaparate”, apunta el barcelonista Morros, quien también señala a su compañero de club Kiril Lazarov como la gran estrella de los rivales “aunque no el único peligro”.

“Sólo nos vale el puntuar para ser segundos. Si perdemos quedamos en manos de Dinamarca, y dado que no se juegan nada, lo mismo actúan relajados, pensando en las semifinales, y se aprovecha Islandia. Si no puntuamos y ellos ganan, nos dejan fuera”, incide el lateral Maqueda, que en los dos últimos choques ha rebajado su aportación: “Son rachas”.

Moral. Para Sierra “hay que puntuar” y acabar con buenas sensaciones metiéndose en semifinales “que era el objetivo inicial”. Por eso ganar a Macedonia es tan importante, no sólo por el pase, también para dar un golpe sobre la mesa que ayude a recuperar la autoestima, maltrecha en los dos encuentros celebrados en Herning, donde otra vez se esperan 14.000 espectadores que no simpatizan nada con los campeones del mundo.