El COE, "a la espera" de la evolución de las protestas

A menos de un mes para que se conozcan los informes de la Comisión de Evaluación del COI, que los hará públicos el 25 de junio, las protestas en Turquía pueden pasarle factura a Estambul en su carrera con Madrid y Tokio por acoger los Juegos del 2020. Pero en el horizonte próximo hay otra cita que que se mira con prevención: los Juegos Mediterráneos que comenzarán en Mersin el 18 de junio.

Hasta la ciudad costera del sur, donde se han producido protestas, viajará el 17 de junio la mayor parte de la delegación española, compuesta por 175 deportistas. “Por el momento, estamos a la espera. No hemos recibido ninguna comunicación por parte de la embajada en Turquía ni el Ministerio de Asuntos Exteriores, así que los planes se mantienen sin bajar la guardia”, explicó un portavoz del Comité Olímpico Español. En Mersin se darán cita 3.000 deportistas de 23 países.

En Estambul, donde hoy se produjo una primera muerte confirmada al atropellar un taxista a un manifestante, algunas fuentes hablan de 1.700 detenidos y Amnistía Internacional de dos muertos. El centro de la ciudad está tomada por manifestantes. Lo que arrancó hace dos semanas como una protesta por la urbanización de una zona verde del centro ha desembocado en un estallido social contra el presidente Recepp Tayyip Erdogan, que lidera el país desde hace once años y antes fue alcalde de Estambul.

Estambul, que tiene como lema “Bridge Together” (Un puente, juntos), juega la baza de ser el primer país de mayoría islámica en acoger los Juegos, jugando también con el concepto de puente entre oriente y occidente y por su condición de economía emergente pretende invertir unos 15.000 millones de euros, por los 1.500 de Madrid. La candidatura emitió un comunicado en el que expresa que “toda Turquía sigue respaldando nuestro sueño de organizar los primeros Juegos Olímpicos en nuestra nación”. Sin embargo, el alcalde Kadir Topbas no pudo abstraerse a la realidad: “¿Cómo vamos invitar a la gente a los Juegos del 2020? Todos perdemos algo”. Gases lacrimógenos y cañones de agua se están utilizando para disolver a los manifestantes y la UE ya considera “desproporcionado” el uso de la fuerza.

Una voz se ha alzado desde el COI para tranquilizar, la del suizo Denis Oswald, candidato a la sucesión de Rogge: “Es una protesta que puede suceder en cualquier país democrático”.