Rugby | Mundial
Francia y Gales jubilan a Wilkinson y a O'Driscoll
Inglaterra ofrece una pobre imagen e Irlanda, impotente y tensa.
Dos equipos de notable tradición ofensiva como Gales y Francia, con el hywl y el flair respectivamente, se aferraron a una defensa titánica para colarse en semifinales eliminando a miembros de la alta alcurnia del rugby mundial: los campeones ingleses del 2003 y la generación de oro irlandesa. Entre las bajas, Wilkinson, O'Driscoll, Tindall, O'Connell, Thompson, O'Gara...
La jornada norteña de cuartos resultó entretenida y a ratos brillante. Hermética defensa de Gales (tres ensayos en tres visitas a la 22 irlandesa) ante unos verdes demasiado responsabilizados que no rentabilizaban el dominio en touch porque su tercera no lograba encontrar fisuras en la murralla de los dragones. El inteligente ensayo de Phillips, imagen superior, dio la puntilla a Irlanda en un Gales con un magnífico maridaje entre juventud (Priestland, Warburton y North) y veteranía (Shane, los Jones o Jenkings).
Le Crunch fue otra cosa. En el día D a la hora H, Inglaterra exhibió los males que la aquejan desde hace años. Falta de fluidez, aridez de juego, desavenencias internas, falta de disciplina... Males maquillados en estos tiempos por la calidad de su back three (Ashton, Foden y Cueto) y la entrega de su tercera línea. Pero ayer Francia les laminó con un descomunal Harinordouqy. Monopolizaron la bola, descosieron a la gajada delantera inglesa y aislaron a los backs ingleses. Youngs y Flood, cabeza de ratón, dimitieron. Y Parra, y especialmente Yachvili, camparon a sus anchas dando de comer a los ala galos, a quienes temía el inglés Johnson. Clerc y Medard lo agradecieron y solo la heroica final inglesa, Tuilagi y poco más, apretó el duelo.
Los cuartos señalan el camino de salida a gente que ha hecho grande al rugby. Tipos que convencieron a sus compañeros de que otro futuro era posible. Un futuro mejor, que ahora ya es pasado. Sir Jonny Wilkinson y Brian O'Driscoll son historia. Larga vida a ambos.