La Liga regresa con 21 medallistas y con impagos

Alguien podría pensar que tras el Mundial la vuelta a la Liga debía ser una fiesta. Y en cierta manera así es, ya que la Selección volvió con su bronce a la élite internacional, y al podio del torneo sueco se subieron hasta 21 integrantes de equipos Asobal. Pero el regreso a la competición doméstica también ha servido para que el balonmano español se tope de bruces con la triste realidad económica que sufren los clubes.

"Han vivido por encima de sus posibilidades", se coincide. Esto, unido a que los patrocinadores huyen por la crisis, hace que la situación sea dramática. A excepción del Barça, que parte de una gran institución que le puede soportar económicamente, los mejor parados han tenido que reducir sus presupuestos casi a la mitad. Los más afectados, o no pagan a tiempo o, sencillamente, no pagan. En el Granollers los jugadores no se afeitan como protesta porque "no tienen ni para maquinillas". Otros, como el Toledo, baja sueldos (aunque luego ficha). Y muchos coquetean con la desaparición. Ayer, el Arrate, que roza la inviabilidad, jugó ante un Alcobendas que dio la carta de libertad a toda la plantilla y los canteranos tapan lo que el dinero no puede pagar. Una medida suicida, pero honesta.