Soberbio empate

Empate para soñar ante Francia, un resultado para la ilusión, una parada de Sterbik en el último segundo que nos da un tercer punto para la segunda fase. Un resultado increíble contra la mejor selección del mundo, como en el Europeo de Austria de 2010, pero esta vez el desenlace debe tener un valor incalculable por la manera de conseguirlo: el práctico y el moral. Todo junto.

Veamos. Francia parecía que jugaba con desgana, que se sabía superior y que no forzaba la máquina. Era como si actuase con tanta suficiencia que no le importaba que el rival, España, se intentase aplicar. También estaba Omeyer para amargar a Juanín, a Cañellas, a Morros, o a Gurbindo, a los que les sacó una decena de tiros desde seis metros.

Y así, una España deprimida se plantó en el minuto 50 entregada (21-27), con Maqueda por Gurbindo, con Chema otra vez en la pista, y Onesta sacó a sus suplentes. Entonces ocurrió lo impensable: Francia no tenía más marchas que las que ya había exhibido, la defensa española cortó tres balones, Hombrados paró un siete metros... Y España estaba en el partido, tanto que a 50 segundos empató (28-28), y a 40 Chema robó un balón que estrelló en el poste. Francia tuvo el último ataque, pero Abalo se topo con Sterbik. Empate con sabor a medalla. Se vera.