ASOBAL | ADEMAR 33-TORREVIEJA 27

El Ademar sigue firme y no da opciones al Torrevieja

Reale Ademar sumó su tercer triunfo, tras derrotar al Torrevieja por 33-27, en un partido cómodo para los leoneses que, a pesar de algún acercamiento del rival, nunca temieron por la victoria.

El conjunto visitante intentó depositar en un inicio sus esperanzas en un juego parsimonioso hasta el límite, intentando desquiciar a un Ademar que se encuentra a disgusto cuando no puede utilizar su mejor arma, el contragolpe.

Después del tanteo inicial, en el que destacó el trabajo de ambos porteros -algo que continuó en la meta alicantina hasta el descanso-, el brazo de Aguirrezabalaga empezó a abrir la primera brecha, 6-3 (minuto 12), pero sin lograr romper el partido ya que también empezó a encontrar más espacios el danés Lykke, cedido por el Ciudad Real.

Tras el 7-6 mediado el primer periodo, el debut en Liga ASOBAL de Dalibor Cutura buscando el técnico Jordi Ribera una mayor fluidez en ataque, permitió la escapada, también auspiciado por unos minutos de gran trabajo defensivo, más meritorio si cabe al producirse en inferioridad numérica, se tradujeron en un parcial de 4-0 que permitía la máxima renta local 11-6 (minuto 19).

Manolo Laguna llamó a capítulo a los suyos encontrando respuesta desde el extremo con un David Cuartero efectivo que permitía encoger la renta, porque también Pejanovic se mostraba especialmente inspirado a pesar de que sus estadísticas tras dos jornadas -Barcelona y Ciudad Real- no habían sido especialmente brillantes.

En la reanudación los leoneses se aplicaron la teoría de su técnico de intentar aumentar las diferencias para quitar cualquier ápice de esperanza al rival y pronto se situaron en la barrera de los seis goles.

Torrevieja vivía exclusivamente de un Pepe Novelle quizá hipermotivado por medirse al equipo que no confió en él y que optó por cederle y luego traspasarle a los alicantinos, con lo que el canario campó a sus anchas porque también el encuentro entró en una dinámica de defensas más contemplativas, propiciando el espectáculo de ambos ataques.

Ribera volvía a utilizar la placidez del choque para probar cuestiones tácticas que quiere que sigan enriqueciendo su arsenal ofensivo como un Martin Stranovsky desdoblándose a las posiciones de central y lateral izquierdo, siendo igual de letal que en el extremo.

Después de quince minutos plenos de acierto, se entró en una fase de sequía, pero sin que el partido cambiara realmente de dinámica y ello a pesar del recital de exclusiones e incluso descalificaciones que sólo aprovechó el Torrevieja tras un tiempo muerto que les permitió dar el último susto, 27-24, ya inútil por lo tardío y por el despertar del croata Denis Buntic, que martilleó con cuatro goles.

Lo más visto

Más noticias