Natación | La resaca del Mundial

Muñoz defiende el Jaked y Aschwin apela al talento

Llegaron los medallistas españoles tras el éxito en Roma

Y. Rubio/A. Martínez
rafa aparicio

Rafa Muñoz y Aschwin Wildeboer, los dos medallistas españoles en el Mundial de Roma, comparten éxitos y límites, pero no se ponen de acuerdo sobre el gran debate de la natación: las famosos bañadores mágicos.

Ambos pisaron ayer suelo español después del sueño romano, el primero en Madrid y el segundo en Barcelona, y se apreció el discurso contrario entre ambos campeones. "La tecnología es buena. En ciclismo o en tenis se utilizan componentes para que las bicicletas o las raquetas pesen menos. Estamos volviendo diez años atrás", dijo Muñoz. "Estoy en contra del Jaked y del Lazer. Todo se debería conseguir sólo con el talento y el trabajo, y no con ayudas", replicó el nadador de Sabadell.

Pero el exceso de poliuretano en los bañadores es el único punto dispar entre ambos. Curiosamente, los dos exitosos españoles se entrenan fuera (Muñoz lo hace en Marsella y Wildeboer, en Dinamarca), pero la natación va por el buen camino. "Me fui a Dinamarca por cambiar de aires. Esto es cuestión de rutina y es bueno ir a otros países", dijo Aschwin, el único espaldista que se metió en las tres finales: 50, 100 y 200 metros.

Por su parte, Mireia Belmonte llegó con ganas de "desconectar", y espera que este fracaso le sirva "de aprendizaje". Más jovial regresó Erika Villaecija, que logró colarse en dos finales. "Me falta un escalón para llegar al podio. He mejorado marcas y soy optimista". Todos los nadadores coincidieron: "Ahora hay mejor ambiente. Estamos cambiando".

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