Natación | Mundiales de Roma

La natación española firma su mejor Mundial

España se acordará de Roma durante mucho tiempo. En la capital italiana, nuestra natación ha sumado más medallas que nunca y ha brillado en tres de las disciplinas acuáticas: sincronizada, natación y waterpolo. En total, se han sumado 11 medallas que permiten augurar un buen futuro.

reuters

España se marchó ayer de Roma con once medallas en las maletas, el mejor botín jamás logrado en unos Campeonatos del Mundo de Natación, Saltos, Sincronizada, Waterpolo y Aguas Abiertas, que son las cinco disciplinas en las que se divide este deporte olímpico. Un tesoro que incluye un oro, siete platas y tres bronces. Nunca antes había logrado tantas ni tan repartidas.

Por orden de méritos, y en este caso incluso por orden de aparición, destaca por encima de todo el equipo de sincronizada. Dirigidas por Anna Tarrés y lideradas en el agua por la incombustible Gemma Mengual, las chicas brillaron como nunca y, durante la primera semana, nos regalaron una medalla por día. La más valiosa, la de oro en la Combinada (Combo); después, seis platas, alguna de las cuales debió ser también dorada (el Solo Libre de Mengual), pero que los jueces, partidistas a favor de Rusia, no quisieron conceder.

Justicia.

Al final hubo justicia y hasta la propia FINA reconoció que España participó en todas las pruebas y, además, fue la que más innovó (cinco coreografías diferentes en relación a los JJ OO de Pekín '08). Ahí sí derrotaron a las rusas, perfectas aunque sin feeling, y las nuestras fueron reconocidas con el título de Mejor Equipo de la competición.

Las medallas siguieron en la misma piscina, la del Foro Itálico, que de la sincro pasó a la natación en línea. Después de varios años con nombres de mujer (Erika Villaecija, Mireia Belmonte), nuestros hombres emergieron para consolidarse en la élite tras batir anteriormente hasta récords del mundo. Dos, por encima de todos: Rafael Muñoz y Aschwin Wildeboer. El cordobés subió dos veces al podio para recoger bronces en 50 y 100 m mariposa. Si la primera supo a poco, la segunda supo a mucho en una de las finales más vistosas en el Mundial de los super-récords: una prueba olímpica en la que se midió con éxito a Michael Phelps y Milorad Cavic.

En cuanto al sabadellense, también hizo bronce en una prueba (100 espalda) y destacó en otras dos finales.

El círculo de las once medallas lo cerró la Selección de waterpolo, a quien la Ciudad Eterna no trata con cariño (el Dream Team también perdió su final, en 1994). Pero su plata es de ley. Hizo un campeonato casi perfecto y llegó invicta a la final, ante Serbia, a la que había batido en la primera jornada. En una final épica y con prórroga, los penaltis favorecieron a los balcánicos. Pero es un equipo joven, con mucho recorrido y un futuro dorado.

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