Un año mágico | Champions
Terry falló un penalti y Cristiano ganó un tesoro
El Manchester United ganó la Champions y Cristiano Ronaldo se consagró como el mejor futbolista del mundo. Pero el torneo, la campaña, descubrió a nuevos cracks como Torres, Cesc y Lionel Messi.
Se lo escucharon una vez a aquel fi lósofo de pub inglés, por lo que no es una cita anónima, sino atribuible a todos los tipos que amaron el fútbol y la cerveza a partes iguales: "Decidir una gran fi nal en los penaltis es tan ruin como matar por la espalda a un héroe". El 21 de mayo de 2008, bajo el frío caliente de Moscú, quién murió por la espalda fue el Chelsea de Avram Grant, un israelí desconocido pero capaz de lograr lo que en tres temporadas anteriores no pudo el arrogante Mourinho: meter a la obra faraónica de Abramovich en una fi nal de Champions... Y casi ganarla. Después de que Frank Lampard empatara un gol de Cristiano (gris en la fi nal, pese al tanto), los blues tuvieron al United contra las cuerdas hasta que llegó la tanda. No supieron rematar.
Y rematar lo acaba siendo todo. Cuántas vidas, cuánto mundo debió de pasar por la cabeza de John Terry en lo que fue del disparo a la grada, de la grada a la inmensa decepción por perder el partido más grande que un club europeo puede disputar. Resulta paradójico que Cristiano Ronaldo, el más benefi ciado por ese resbalón del capitán del Chelsea en el último penalti, también hubiera errado su lanzamiento de la tanda. El caso es que, meses después de recoger aquel trofeo, el portugués recibiría otro montón de galardones individuales para los que haber ganado la Champions puntuaba mucho, decisivamente. Más que sus 42 goles, su Bota de Oro, o la Premier League. Sin la Copa de las Grandes Orejas, sería más que probable que Cristiano no exhibiera ahora en las vitrinas de su salón el Onze Mondial, el Jugador FIFPro, el FIFA World Player o ese tesoro redondo y francés que llaman Balón de Oro. Pertenecerían a uno, tal vez a varios futbolistas de la Roja. Algunos, seguro, a Fernando Torres.
Nuevos cracks. Más que descubrir a un gran equipo (porque el United, campeón, había funcionado tan bien como en toda la era Ferguson), la Champions 07-08 se dedicó a descubrir cracks, casi todos ellos en la Premier. Estrellas como Cristiano, Torres, Cesc o Messi, a los que le faltaba una explosión defi nitiva, recibieron el bautismo de fuego durante la campaña pasada. El Niño se estrenó en el Liverpool con 33 tantos en todas las competiciones, y con un gol ante Alemania que le dio a España la Eurocopa. Torres también estuvo a punto de meter al Liverpool en la fi nal de la Champions con un tanto que forzaría la prórroga de semifi nales ante el Chelsea, aunque los reds de Benítez sucumbieran en el tiempo extra. Cesc se quedó en cuartos con el Arsenal, pero antes un golazo suyo había conquistado San Siro en la ronda de cuartos. Y Messi... A Leo le eliminaron el United y Cristiano, a los que espera estos días, Lyon mediante, para tomarse revancha. Los héroes, el fútbol, la Champions, la tanda de penaltis: ruindades y venganzas.