Golf | Ryder Cup
El día que Woods se preguntó "¿por qué?"
Tiger rozó el hoyo en uno en el 12 en su jornada matinal. El back spin le hizo retroceder a dos metros. Tenía el hoyo enfilado y ganado. Falló. Se puso las manos en la cabeza, giró su cuerpo hacia el lago. Algunos creyeron que se iba a tirar. Miró al cielo y se preguntó, en voz alta: "¿Por qué?". Esa pregunta se la lleva haciendo desde que claudicó en Valderrama (1997) en el lago del hoyo 17. Ni el triunfo de la tarde le ayudará a explicarse su mala pata. La Ryder convierte al deporte más individualista, en el que ni siquiera el rival es una persona física sino un pedazo de tierra, en un juego colectivo, familiar, en el que la unión hace la fuerza. Y Europa está unida. Darren Clarke jugó con él por la mañana: "Es humano. Los problemas con el ritmo del swing o los putts los tenemos todos". De momento, 9 triunfos y 13 derrotas en Ryder. Malo.